Hace un tiempo, LR! había informado a sus lectores la decisión de Evo Morales de incorporarse a un equipo de la segunda división de fútbol boliviano para hacerle frente a la prohibición de la FIFA para disputar partidos de selección a más de 2.750 metros de altura. Nada que ver con el riojano recalcitrante que jugaba partidos para lucir el sponsor de Renault. Evo es pueblo (?)

El jefe de Estado del país del altiplano, se puso lo cortos en la victoria de su equipo, Litoral, por 4-1 ante el Municipal.

Evo llegó más tarde que sus compañeros, pero eso no fue motivo para que no se vista la camiseta con la 10 en su dorsal para disputar el partido como titular. Jugó 37 minutos y luego fue reemplazado. En ese lapso, el equipo de Morales, había abierto el marcador a los 14 minutos del PT.

En los minutos que estuvo en cancha, los compañeros de Evo no lo tuvieron muy en cuenta a la hora del juego. Lo ignoraron prácticamente todo el partido, por lo que el mandatario, por sus propios medios, tuvo que luchar por tener contacto con la pelota. Sus compañeros estarán celosos, quizás, de ver que el genio frote la lámpara y capte la atención de todos. O quizás sean afines a las ideas de autonomía de los distintos distritos bolivianos que se oponen con firmeza a las políticas del presidente y que, además, pugnan por su autonomía. Y si nos queremos ir más lejos, quizás sean viejos adherentes a las políticos del Consenso de Washington (?).

En fin, esperemos que ideas apátridas (?) no influyan en el rendimiento del amigo del Dié y que podamos ver más protagonismo del otrora líder cocalero en la cancha.

— más info —

Luego de la exitosa (?) Operación Takahara, en el verano de 2004 a Macri se le ocurrió que Boca necesitaba un jugador chino. No importaba cuál, se trataba de un “intercambio cultural” (?). Y gestionó la llegada de un volante de 26 años que había jugado el Mundial Sub-17 de Malasia en 1997 y provenía del Dalian Shide Football Club, entidad de la que en ese momento se decía que era de las más populares de China. Y tal vez sea verdad, qué sé yo.

“Vine a este país dispuesto a mostrar mi calidad como futbolista, pero también a aprender de los jugadores argentinos”, declaró a su llegada el jugador que se incorporaba al campeón del mundo.

Como para no darle respiro blogueril (?) al castigado Racing va un nuevo post en su honor, a ver si les invertimos la carga de mufa (?). En esta oportunidad, lo motiva la sorpresa que me causó ver, en medio de la típica marea de declaraciones fragmentadas y descontextualizadas del fin de semana, a Estévez y a Chatruc dando la cara por Blanquiceleste.

Ambos “referentes”, que parecen suscribir aquella frase de la publicidad de Mostanesa y por eso son plausibles de ser acusados de panchos (?), fueron los encargados —con un timing nada casual— de explicar lo inexplicable ante hinchas y medios. Chanchi en principio fue bastante cauto, pero hoy se despachó con un temerario “si se va la gerenciadora quedamos a la deriva, no hay un plan B”. Chatruc ya salió a ponerse la camiseta de BC desde un principio, soltando un nada casual “entiendo que hay *una parte* de la hinchada que está en contra de la gerenciadora, pero nosotros tenemos que dejar todo en la cancha y…”. Y el resto se lo pueden imaginar.

Uno no quiere pensar mal e inferir que *alguien* los mandó a poner la trucha, primero calmando a las fieras y luego unificando un discurso fierrito mediante, pero cuando el río suena…

La venta de entradas cae en picada

El Apertura 2007 fue el segundo torneo de menor venta de los últimos 20. Pero el Clausura 2008 es aún peor y agrava la tendencia a la baja en la asistencia de espectadores a los partidos de Primera División. Quienes están en contra de la ecuación “tribunas vacías-televisores encendidos”, aquí tienen un nuevo capítulo.

En el Apertura 2006 (Estudiantes campeón), el promedio de entradas por partido fue de 7.004. En el Clausura 2007, ganado por San Lorenzo, bajó hasta 6.604. En el Apertura 2007, fue incluso menor, de 5.449. Y en el campeonato actual, llega a 5.345.

La interpretación es evidente: en los últimos dos años, la venta de localidades se ha reducido casi en un 30 por ciento. Además, si se contabilizan las últimas diez temporadas, desde el Apertura 97/Clausura 98, el único promedio que queda por debajo es el Clausura 2002, con 4.121 tickets por encuentro.

En las cuatro fechas que van del Clausura, River es el equipo que más gente convocó: vendió 61.698 entradas. Lo siguen, con bastante diferencia, Boca (37.560), San Lorenzo (44.172) y San Martín de San Juan (35.694).

El salto de los cuyanos al cuarto puesto puede resultar sorpresivo, pero se explica en que ya jugó contra River y Boca. El último puesto lo ocupa Arsenal, que totaliza 6.640, o sea un promedio de 1.660 por partido. El partido que más vendió fue River-San Lorenzo, con 21.164. Y el que menos, Arsenal-Olimpo, con 648.

[fuente: Crítica, 05.03.2008]

La impronta de un bienhechor. Te banco a muerte.

La situación deportiva de Racing es poco menos que calamitosa. Dada la política de austeridad por parte de la gerenciadora que maneja los destinos de la escuadra albiceleste prácticamente desde que se hizo cargo de Racing, la Academia se ha liberado de los escasos buenos valores que han sabido integrar sus planteles durante los últimos años y fueron reemplazados por jugadores latinoamericanos que llegaban con grandes palmarés en su haber como Reinaldo Navia, John Galliquio o “Mingo” Salcedo, como los juveniles del gran seleccionado juvenil que levantó la Copa en el último mundial juvenil en el cual nos sorprendimos con el desparpajo de Maxi Moralez, el oficio de Yacob y la entrega de Mercado.

Obviamente siempre estos nombres estuvieron acompañados de algunas incorporaciones rutilantes como el Piojo López, Simeone, Sava o Chanchi Estévez. Sin embargo, los valores en los cuales depositó toda la fe del hincha académico, lejos estuvieron de satisfacer las ilusiones de campeonar que había previo a cada campeonato sino que más bien decepcionaron a la afición. Racing luego de verse superado por Newell’s el domingo pasado vuelve a transitar como en el ‘83 por terreno pantanoso, maniatado por el descenso y con perspectivas más bien negras hacia futuro.

A ver, a mí no me gustan las teorías conspirativas, pero quiero preguntarles cuál de estas opciones les parece más factible o realista.

1) Macri, ex presidente de Boca y recién asumido como intendente de Buenos Aires, se encargó de hablar con los bancos para que no firmaran los avales del que fue su vicepresidente durante 12 años, enojado porque tomó decisiones con las que no está de acuerdo como contratar a Riquelme y a Ischia. Todo para que la Inspección de Justicia le volviera a dar el poder en el club y pudiera llamar a elecciones para, si gana, poner un presidente de su entera confianza. Esto es lo que dijeron hoy en Despertate con G. Bonadeo y en el post de acá abajo.

2) El gobierno nacional, ávido de poder y de sacarle poder a sus opositores, usa la circunstancia de los avales para poner hombres de su riñón en el club más popular del país. Ya son aliados de Aguilar en River. Arreglan con Pompilio que forme una nueva lista con hombres del kirchnerismo y sacando a los macristas. Para eso se usa a la Inspección General de Justicia, que depende del ministro Aníbal Fernández y no del poder judicial, que ordena que se hagan las elecciones. Horas antes de que se conozca la resolución Pompilio declara que es bueno que haya elecciones en Boca y que en caso de haberlas no presentará la misma lista que hace dos meses. Esto es lo que salió hoy en La Nación y también en el diario de Lanata.

Fuiste, puto (?)

Y como veníamos adelantando acá y acá, el gobierno fraudulento de Pompilio terminó. Ahora irán a elecciones y lo más probable es que sea fraudulento pero legal (?). Recordemos que Macri y Pompilio en 2003 asumieron un gobierno ilegítimo porque según el estatuto de Boca no podían ser re reelectos y por ello tenían que ser reemplazados por dos integrantes de la misma comisión. Nuevamente la historia se repite pero con más fuerza y Boca volvió a ser un cabaret pero ahora en la pata dirigencial.

Ayer, la Inspección General de Justicia (IGJ) mandó a avisar al club Boca Juniors que debe convocar a elecciones en un plazo no mayor a un mes, atento a supuestas irregularidades en la presentación de avales de Pompilio, tal como había denunciado la oposición, o sea, Digón y Abbatángelo.

Como si los automartirizados (?) hinchas de Racing no tuvieran suficiente con el presente futbolístico de su equipo, Telam se encarga de tirarles un poco de sal en las heridas.

Rechazan cheques de Blanquiceleste por millones de pesos

Un total de 32 cheques librados por la empresa Blanquiceleste fueron rechazados en el último año por no contar con fondos en su cuenta bancaria, en una suma que asciende a más de cuatro millones de pesos, de los cuales sólo se canceló cerca de un millón.

Entre los damnificados se encuentran varios jugadores del plantel (Gustavo Campagnuolo reconoció públicamente este situación) y los ex entrenadores de Racing Reinaldo Carlos Merlo y Gustavo Costas.

La suma total en dinero de esos cheques, que no se pudieron cobrar por no contar con fondos, asciende a los 4.040.620,63 de pesos. De los 32 cheques, según consta en el BCRA, ya fueron cancelados y pagados por Blanquiceleste 11, por una suma que asciende a 1.342.242,22 de pesos.

Día clave para el Xeneize

Hoy se conocería la resolución judicial y habría elecciones

Hoy puede ser un día importante para la vida institucional de Boca Juniors, ya que se espera que la Inspección General de Justicia, emita la resolución con relación a la denuncia presentada por la agrupación “La Bombonera”, relacionada a los avales presentados por el oficialismo, con vistas a las frustradas elecciones que debían haberse llevado a cabo en la primera quincena del pasado mes de diciembre.

(…) El escenario más probable, es que se le ordene a Boca un nuevo llamado a elecciones, en un plazo de 90 días. En ese caso, se debe intervenir a la institución. Eso se daría, si la inspectora hace lugar a la denuncia y entiende que hubo irregularidades en los avales presentados por los integrantes de la actual comisión directiva y por ende, el mandato de los actuales directivos, carecería de vigencia.

[fuente]