La sexta fecha reflejó las diferentes realidades de todos los equipos, marcando una polarización interesante, aunque con algunas zonas grises que emparejan la situación aleatoriamente. Con todo el color de LR! (?), las alternativas se pueden vivir desde aquí.

Egresados 2010 (?)

Llantos, pataletas, acusaciones cruzadas, escarmientos que nunca parecían llegar. Todo eso y más, en una disputada exclusividad por lo vergonzante y la victimización. Es decir, ya bastante ha tenido que soportar el espectador promedio como para tener que fumarse en pipa las aseveraciones de un presidente y el otro. Las cosas tienen movimiento, dijeron alguna vez. También han dicho que la sucesión de eventos desafortunados obedece, pura y exclusivamente a un comportamiento característico del devenir, el mismo de donde provienen todas las angustias filosóficas humanas (?).

Y así habían encarado el partido más importante hasta el mundial Racing e Independiente, cruzando acusaciones sin asidero, abriendo el paraguas ante la eventualidad. Una pelotudez supina e irritante para las terceras partes: tan irritante como esas tibias que se llevan un saquito a todas partes “por las dudas”, inclusive en diciembre (?). Toda una previa enturbiada desde los escritorios parece dar pie a un principio casi fáctico: cuando se cruzan declaraciones y se calienta el ambiente bien al pedo (?) se dan partidos “feos”. Esto es: trabados, con preponderancia de los volantes centrales metedores, excesivo protagonismo de la viveza mal entendida (manejarle el partido al árbitro, sacar ventaja hasta para adelantar 15 centímetros un tiro libre en la propia área chica) y las cámaras más atentas a las caras de los DTs que a un potencial caño, gambeta o juego asociado. Por empezar, la actitud de Racing durante gran parte del partido: a lo mejor fue un revival de las épocas de Caruso, a lo mejor pensaron que se enfrentaban al mismo equipo que se había cargado al Ajax de Cruyff. Vaya a saber el Creador por qué (?) Russo no se animó siquiera a que un lateral se proyecte, a que alguien corra las marcas. Todos con el culo pegado a De Olivera: ¿Para qué? Para no salir de ahí nunca: los embates del equipo de Gallego no hacían la mella deseada en las flaquezas racinguistas, aun así la máxima preocupación metafísica (?) de la Academia era sojizar el mediocampo, esto es sembrar porquería para que nada más pueda crecer allí (?). Tampoco es que fue una lucha desleal o despareja: los jugadores de Independiente estaban más preocupados por hacer la jugada de su vida que por construir algo, aunque sea una pared, un toque de primera. La gran mayoría entró en un trance individualista que se vio beneficiado por una mano al pedo en el área rival. ¡Lluy, que cagada! (?) Gandín y 1 a 0. Y listo. Con eso nomás fue suficiente, alcanzó para tapar las gigantescas falencias del circuito ofensivo Diablo. En el complemento se fue expulsado Hauche, y paradójicamente fue cuando Racing contó con chances de empatar. El Tolo, por más que infle el pecho con el diario del lunes impreso, todavía tiene ciertos reparos excesivamente cagones en partidos de suma importancia. En lugar de terminar de desarmar por completo al rival, partirlo en dos aislando a un rival disminuido en número y por las circunstancias del juego. Una roja que impactó tanto en el juego como en el aspecto anímico. Y como alguna vez bien lo dijo Brandoni, ahí lo tenés al pelotudo (?): casi le empatan, más por amor propio que por cualquier cosa. La plancha que se echó Gallego tuvo su justificación únicamente en la estadística: hizo un gol más que el rival, que justamente era el máximo y ahí la raigambre del festejo. Pero queda más para revisar, porque la próxima fecha está ahí, a la vuelta de la esquina, pasando el kiosquito (?). No sea cosa que las ansias de campeón se den la jeta contra un equipo bien parado y que sabe lo que quiere, como pasó en la fecha anterior. Racing, hoy, no es medida de nada. Tiene tanta calidad individual como vacío de contenido colectivo: es tan impredecible que no se sabe bien qué es.

Mucho clásico, mucho clásico, pero qué queda para los demás. Los abanderados de los humildes en puntos y convocatoria (?) van a tener lo que quieren. Bah, al menos lo que quieren y que LR! Pueda proporcionarles: lejos de regalar estrellas y/o grandeza, con el stock de arlecos ocupados con 4 meses de antelación, al menos hay una pequeña o grande, según con el cristal que se mire, referencia a todos los equipos y partidos. Y la cosa arrancó masomenos así:

Chacarita se calzó el traje de prácticamente condenado antes de que empiece el torneo, y las circunstancias institucionales tampoco acompañaron mucho. Con el transcurso de los partidos, el Funebrero fue poniéndose en bolas y calzándose otro traje que le sentaba mejor: el de equipo duro y en vías de consolidación. Puede perder, ganar o empatar, pero entiende desde el minuto 0 cuál es el camino y no deja que los detalles se le interpongan. Así, con esos pergaminos fue a Sarandí a copar la parada, aprovechándose de que Arsenal está jugando el peor campeonato desde que llegó a la Primera como el amigo de un amigo en un casamiento o fiesta de 15 (?). Con ambición, autoridad, generosidad con la pelota y solidaridad con el compañero le sobró el paño para pasear a su contrincante en el descampado con gradas del Viaducto (?). El interesante trabajo de los volantes, los delanteros obligando a los defensores, la defensa firme contrastó con la exaltación a la nada que fue el conjunto de Burruchaga. Cachetes (?) Morales convirtió dos goles, el segundo en co-autoría con Campestrini y ya a los 5 minutos del segundo tiempo se acabó el partido, por más que Parra haya cerrado el resultado. Se sabía que este Arsenal tiene de gente lo que tiene de propensión a capear los desastres (?), así que quedó un rato largo para el regocijo de la hinchada funebrera, cuyo equipo se floreó un buen rato. Bien merecido lo tenían, luego de aguantar la indolencia in extremis de la era Zielinsky. Arsenal, en tanto, sigue haciendo la plancha únicamente porque todavía divide por la campaña que lo llevó a disputar las prestigiosas Copas Sudamericana, Libertadores y Suruga (?), y además porque los que están fehacientemente comprometidos con el descenso en esta temporada (con la excepción del equipo de Gamboa) están dando asco.

“Leandro, la cadera rota es ésta” (?)

¿Dar asco? Ser Boca (?). En el letargo en el que se encuentra sumergido el conjunto de la Ribera puede pasar de todo. El bronce cedió su lugar para dar paso a la alpaca tallada por el artezángano (?) más amateur de toda la historia del hippismo, en una pesadilla que los xeneizes vivieron en los primeros ´90. Este equipo de Boca parece un reconocimiento a los Tejera, los Tréllez, los Neffa y los Charles que regaron de intrascendencia y
boludez en partes iguales el verde césped de la Bombonera. La gran diferencia de los tiempos es que no hay un sinceramiento de realidad: ésta actualidad del equipo invita a los hinchas, jugadores y directivos a afanarle el control remoto a Adam Sandler y adelantar hasta que una soporífera ceremonia verse “Welcome Brazil 2014” (?). Es hora de que la autocrítica lleve a Boca a asumir sus cuitas en público y no crear falsa expectativa en numerosos corazones repletos de fervor que esperan un renacimiento. Pero está lejos de ser la Edad Media boquense, o al menos en los términos de alegría, porque los muchachos comandados por Abel Alves son la capilla sixtina del desencanto: a una discreta producción que Desábato tuvo la gentileza de ponerle la panza y el referí de taparse los ojos, se puso arriba casi sin merecerlo, tras la conversión de la peor cuña del palo Animal (?): Martín Palermo. Sin sus dos mejores jugadores, con numerosos problemas para generar juego y, fundamentalmente, agregarle la pausa al funcionamiento colectivo, Estudiantes terminó empatando a falta de casi nada, Leandro González (!) mediante. Final, oprobio generalizado en la Bombonera, por parte de un pueblo que se pellizca para no creer lo que sus ojos ven y para autoflagelarse con la flojera consuetudinaria de sus representantes (?). Ante tamaño caudal de decepciones, lo mejor para pasar el invierno es declararle la guerra a las presiones y ocupar la carroza principal en la Marcha del Orgullo del Venido a Menos (?), para no sufrir al pedo ni gastar pólvora en chimangos, como mínimo.

¿”Bitter Sweet Simphony” o Natalia Oreiro en la publicidad de OB? La respuesta, al dorso (?)

Huracán puso la piedra basal de la venida a menos cuando decidió la contratación de Héctor Rivoira (?). Al menos nunca se le vendió gato por liebre a la gente y se pasó del Dream Team a toda una tribuna vociferando “Defense!” cuando el contrario tiene la pelota (?). Es que la necesidad tiene cara de hereje, y por cómo viene aspectada la mano en todos los ámbitos posibles, las urgencias nunca van a pasar por el lado de la estética. El que visitó a Huracán fue un Vélez que hizo mucho por derrumbar aquel viejo sueño quemero, pero que no se descarriló para nada del camino que promete el éxito deportivo. Lejos de ser un equipo tacaño y mucho más lejos de ser considerados como de menor categoría los suplentes que presentó el Fortín, se armó un partido con varios condimentos. Fue triunfo del Globo, con errores arbitrales esta vez a favor del local. De todas formas, la mano arrancó jodida para el local, porque Zárate puso el 1 a 0 en una jugada que tuvo más rebotes que el Pinball de la familia Addams (?). Pasa que para este año, reaparecieron los penales a favor en Parque Patricios: en este torneo tuvo más a favor que desde que volvió a Primera, en 2007. Y fueron dos, y ambos convertidos: Balvorín, primero –que no lo gritó (!)-, y Toranzo –que se lo gritó a la gente de Vélez (!!)- dieron vuelta el trámite. Es cierto que el final del Clausura del año pasado dejó una herida que no sólo está lejos de cicatrizar, sino que cada vez que le ve la cara a Vélez la llaga se convierte en un José Cuervo: se llena de sal y limón, aunque pega para el orto (?). Laurito puso el 3 a 1 de cabeza, luego de pasar 6 meses disfrutando los beneficios de sponsoreo de Motomel y la provisión de ropa deportiva para veranear (?) . Silva le metió suspenso a la cosa y chau pinela (?) Fin del partido y fin de un mundo enfermo (?), .Pero, parcialmente, porque Toranzo no se quedó conforme con gritarle el gol a la parcialidad velezana, además se mandó una Rivaldeada que le costó la roja al pobre Maxi Moralez, más bueno que Calabró en “Gran Valor” (?). Un espaldazo le dio en la jeta y, para coronarla, la Brazeneó (?) en las declaraciones posteriores. Todas las actitudes del mediocampista no sólo no tienen ni siquiera un ápice de revancha (aunque él así lo crea) sino que, aún peor, deja a las claras qué es a lo que uno se refiere cuando dice “tenerla adentro”. Una pantomima innecesaria.

Santa Fé fue la sede de La Cumbre del Cementerio de los Elefantes, en donde tuvo lugar el tratado en el que Rosario Central y la dignidad firmaron la paz (?). Lejos de lo que se suponía a priori, no sólo no fue una victoria fácil de Colón, sino que además fue un muy entretenido cotejo. Menos mal que es imposible (o al menos muy difícil) leer este resumen parado, más allá que el advenimiento de las nuevas tecnologías haga que Adidas tenga razón (?), porque la siguiente oración es capaz de provocarle un soponcio hasta al más lozano: Cuffaro Russo puso 3 delanteros. Claro que, fiel a su costumbre, lejos estuvo de tener otra idea más allá del amontonamiento: lo hizo marcar a Jonathan Gómez y así terminó el Messi del cordón industrial (?): afuera por doble amonestación. El libreto de Colón es siempre el mismo, lo que no quita que no sea efectivo: las actuaciones del Sabalero no soportan el más mínimo gris: hay dos indicadores que se reparten un porcentaje con la finalización del match: racanería y ofensividad (?), y son contadas con los dedos de la mano las veces en la que la agujita se plantó en el medio dejando la cosa fifty-fifty. Y esta vez se calzó la pilcha de candidato y no le hizo asco ni le dio el vahío (?) el estar en la punta. Salió a jugar como se debía y se encontró con otra cuña que se clava como astilla debajo de la uña de un dedo del pié canalla: Germán Rivarola. Pero, hete aquí que Central no fue el regalón insulso y pelotudón que no se hace problema porque hace un par de meses se comió un sánguche de pan metiendo 31 puntos (?). No bajó los brazos y empató gracias a Luciano Figueroa, que de cabeza convirtió el primer gol desde su retorno. Se armó un lindo partido, expulsaron a Gomez, Colón no pudo con un hombre de más durante gran parte del segundo tiempo y tampoco pudo en 5 minutos con 10 contra 9, tras las expulsiones de Burdisso y Goux por manotearse cual púberes en la esquina del colegio. El vaso medio lleno para Central y medio vacío para el Sabalero. Cuestión de ópticas.

Finalmente, los Cuervos pudieron convertir (?)

San Lorenzo necesitaba lo que siempre dice necesitar Mariano Closs. No, no una turrita a mano para fajar (?), sino que un gol. Y justo el destino lo puso contra el que más juega a que no le hagan goles, Ricardo Caruso Lombardi. Encima, teniendo en cuenta las últimas producciones de ambos equipos, el presagio funesto de la escenificación de la tosquedad al palo quedó plasmado en tan sólo 5 minutitos. Así que la imaginación voló por otro lado y uno se imaginó a San Lorenzo como a Leónidas, peleando contra los 300 que el barbado DT le puso para ev
itar verle la cara a Dios. Con el cuchillo entre los dientes -antes, claro, le habían limpiado la caca con Lysoform (?)- se metió de lleno en una lucha que, por momentos, parecía dispar. Iba con uno, iba con otro, y la muralla riverboquense (?) oficiaba como un dique de contención capaz de asimilar un alud sin resquebrajarse mucho. El tema es que la falta de ideas de uno se acabó cuando ingresó el atrevido Sebastián González, que a fuerza de habilidad (BUH! Cholo) y gambeta (BUH! BUH! Cholo) terminó metiéndose por esas hendijitas que parecían imperceptibles. Y fue un laburo de hormiga que el talento y la frescura hacen en media horita, lo que la hiperkinesis precoz no pudo lograr en 60 minutos. Se instaló en un lugar y fue haciendo mella con el correr de los minutos, hasta que le movió los esquemas de tal forma al Matador que Alfaro, justo Alfaro, convirtió el gol que desató la locura y descomprimió la situación en una forma casi ayurvédica: jugadores, cuerpo técnico y dirigentes recibieron ese “gaaaaal” como un bálsamo. Lo del festejo posterior, de cara a la platea, no hace más que ilustrar qué es Simeone: un tipo vestido de Armani agarrándose los huevos frente a una platea, característico de una persona cuya concepción del éxito radica en ocupar la portada de las publicaciones más banales. Si ética y estética eran inexpresables en cualquier ámbito, al menos esa bonita imagen sirvió para ejemplificar un oxímoron de aquella sentencia. Chupala, Wittgenstein (?).

Y finalmente, Atlético Tucumán cruzó la mitad de cancha (?)

Zubeldía se pudo bajar un poco los pantalones, ya que los huevos realizaron un movimiento espejo (?). Atlético Tucumán se presentó en La Fortaleza dispuestísimo a rescatar el punto que le vale los elogios al 5 muerto de turno (?), pero cuando hay reconciliación, la cosa es terrible. Y es verdad, porque todo el mundo sabe que uno no es Rocco Sifredi o John Holmes nomás porque no le pusieron cámaras cuando tuvo sexo de reconciliación, lo del tamaño es conversable (?). Lo del Grana fue así, a todo culo (?), una reconciliación con un pasado cuasi emotiva. Ya quedó todo claro cuando Blanco puso el 1 a 0, en una bellísima jugada colectiva que provocó la reacción espontánea de pararse y aplaudir. Mientras tanto, los signos de interrogación se agolparon en el fondillo de los pantalones de Chiche Sosa: el poder de la improvisación lo gastó dejando en ridículo el famélico intelecto de JC Pasman. ¿Cómo se hace para lograr algo para lo que no se está preparado? ¿cómo podía hacer Atlético para salir a atacar? Más aun teniendo en cuenta de que este mismo equipo tuvo una larga militancia en el chulorrivoirismo. El chip para jugar en primera lo puso el hoy DT de Huracán, por lo que la cruzada de mitad de cancha puede desatar un escándalo de proporciones mayofrancescas (?). Así que le hizo caso a los rumores de alejamiento del DT y se dedicó a bajar los brazos hasta que terminara el partido. El mejor momento de Lanús es demasiado para un presente lleno de zozobra del equipo tucumano, le pese a quien le pese. El Granate tiene jugadores que pueden hacer disfrutar a la pelota y también individualidades que puedan hacer pesar su capacidad por sobre el gris manto que cubre a muchos jugadores del ámbito local. Lagos marcó el 2 a 0 y Salcedo le puso cifras definitivas en una jugada característica de una defensa desesperada y desesperanzada al mismo tiempo. A lo mejor el envión de la victoria en Bolivia es el borrón y éste partido la cuenta nueva. A lo mejor es un oasis. La única certidumbre posible sobre este partido es que Lanús volvió a atraer desde su propuesta en lugar de sus nombres. Es un gran paso.

Pese a la derrota, Peric aflojó tensiones con un puchito en el vestuario (?)

Chupate esa mandarina, Araujo: lamentablemente Godoy Cruz es puntero (?). El Tomba pegó rápido y fue el gran ganador de la fecha: 2 a 1 al Argentinos de Borghi que parece estar desdibujando su imagen a medida de que van cayendo las hojas del calendario. El inusitado líder se paró con muchísima autoridad en un contexto que suele ser desfavorable a todos los que lo visitan y consiguió olvidarse de la Promoción a fuerza de estar puntero, para envidia de muchos. El planteamiento de los partidos no es nada del otro mundo, porque lo que hace el Turco Asad a la hora de encarar cada match es tan simple como efectivo. Le pinta la brasileña y le imprime a cada uno de sus jugadores el lema “Orden y Progreso” en la mente (?), y así, con verdades tan simples como irrefutables, se pone a mirar a todos de arriba, sorpresivamente. El duelo de retención de líquidos fue ampliamente favorable al hombre de la rodilla maltrecha: entendió muy bien que la principal falencia del Bicho estaba en los espacios que deja cuando va al ataque. Tan simple como eso. No es que a Argentinos le falten ideas, pero siempre corre con desventaja a la hora de defender su propio terreno. Las conclusiones que se pueden sacar son varias, pero sobresale una por todas las demás y apunta al futuro inmediato del Tomba: a partir de esta fecha, una de esas llamadas “bisagra”, es muy difícil que algún otro equipo subestime sus reales posibilidades y la potencialidad de sus jugadores. Seguramente, ahora la lupa estará puesta con mayor énfasis en el sorprendente equipo mendocino. Primero Higuaín, ni bien arrancado el partido, desniveló el marcador y Carlos Sánchez hizo sonar su risa (?) al cabecear un centro de Jairo Castillo. En la jugada previa, el colombiano dejó bailando break dance al pobre arquero del Bicho (?). El descuento llegó por medio de un cabezazo de Gentiletti, pero las esperanzas del Tifón se desvanecieron cual pedo en canasta (?). Albricias para el Tomba, puntero del Iveco.

Choque de titanes en Rosario: Los últimos campeón y subcampeón midieron fuerzas en el Coloso. Y, en contraposición a lo sucedido en el pasado torneo, el que ganó 2 a 1 fue el local, y pese a Sensini. La fortuna le sigue sonriendo al muchacho que le lustró los botines a Omam Biyik en el aire, porque lo que cambió el partido fue el ingreso de Cristian Núñez, por el fortuito hecho de la lesión de Achucarro. El gran problema de Sensini es no advertir muchas veces que su equipo juega mal, a apuntarle a la cabeza de un delantero y encomendarse a los restos que puedan quedar de dicha acción. A lo mejor Robernéstor (?) está implementando una nueva temática en la dirección técnica y quiera mixturar la dirección de otras disciplinas dentro del fútbol. A lo mejor se siente un director de cine iraní, haciendo experimentar al espectador el sufrimiento del protagonista. O a lo mejor quiere decir algo y esta época no está capacitada para comprender su mensaje. El expresionista (?) DT contempló como el ex novísimo ídolo de la parcial
idad leprosa cambió el trámite del encuentro: convirtió el primer gol y asistió muy bien a Boghossian en el segundo. Hasta ahí, fue todo un compendio de centros, tiros desde afuera y mucha lucha entre dos equipos que, salvo detallitos (?), juegan a lo mismo. Banfield hizo sapo porque no puso el mismo énfasis para atacar durante el partido como en los últimos minutos. Pero, nuevamente, equivocó el camino al llenar de centros a la defensa que más chichones tendrá de rechazos en todo el torneo. El DT de Banfield es otro al que le cuesta un Perú ser oneroso cuando se trata de poner hombres en ataque, más aun cuando está en desventaja: dentro de las probabilidades que se manejan en la cabeza de un estratega, Falcioni plantea las cosas como para que esto último sea lo que más bajo porcentaje de probabilidad tenga, por lo que la incomodidad a la hora de remontar un resultado es más que evidente. El descuento de James Rodríguez le agregó el ingrediente emocional al partido, pero el Taladro se empecinó en cortar los frutos del Olmo para hacer jugo de pera (?).

Festejar a cuenta no es lo más recomendable, Lobo (?)

El match final de la jornada mostró la durísima realidad en la que se encuentran inmersos Gimnasia y River. Tanto unos como otros salieron a pasear su actualidad desvencijada por el Bosque platense. La cuestión arrancó alentadora para los locales, porque a pasitos del pitazo inicial (?), Marco Pérez le hizo honor a su gracia (?) y abrió el marcador. El colombiano, luego del gol, le realizó un pequeño homenaje a los Sosa y los Alonso, pedoviejeando definiciones frente a Vega. La cuestión está planteada desde la necesidad y desde la actitud, además: Gimnasia estuvo pensando en cerrar el partido desde el momento en el que convirtió el gol. Y atacó por las enormes facilidades que le dejaba la defensa visitante. La reja puede estar puesta, la alarma estratégicamente ubicada y hasta tener línea directa con los de la vigilancia, pero si no se prende está bien al pedo, como cenicero de moto (?). Y la alarma tiene que estar puesta en los enormes espacios que deja el equipo cuando ataca, y en la nulísima capacidad de recuperación que puede brindar un adicto al trote cansino como Abelairas, que es un jugador a la ida (discreto) y otro a la vuelta (espantoso). El gran acierto de Astrada fue el ingreso de Gallardo. Un jugador que está más para entrar los últimos 15 minutos y disfrutar del final de su carrera en el club de toda la vida, pero que ante la necesidad apremiante, pone un pie en la cancha y ya es bandera. Y ahí entró a tallar la diferencia de categoría. Gallardo se hace eje tan sólo por presencia, y podrá haber perdido en el terreno de lo físico, pero mentalmente está tan lúcido como cuando los que recibían sus pases en cortada eran Francéscoli y Salas. Creció River con Gallardo, y con el crecimiento de River creció (hasta casi agigantarse) la figura de Sessa. El Gato se erigió en ícono de una resistencia tripera, craso error de un DT que suele pregonar todo lo contrario. Los equipos de Cocca se caracterizaron por jugar a otra cosa, y si había que defender, se defendía con la pelota, y no regalándole terreno y espacio a un equipo envalentonado y con un aliviador de presión tan grande como el Muñeco. Primero está lo conceptual, y después el sentido común: Diegui (?), estás en Gimnasia, ¡Gimnasia! ¿De verdad te parece buena idea quedar librado a la buena fortuna propia? Una decisión que le da una vuelta de tuerca más al absurdo. Harold Pinter está aplaudiendo desde el cielo (?). Tras tres intervenciones providenciales del arquero tripero, Gustavo Canales puso el 1 a 1 final en el primer minuto añadido. Punto festejado por River, y que lo aleja de una zona en la que se encontrará al final del Mundial. Así las cosas, inmersas en tal grado de gravedad, todo suma.