La caída de River no se detiene

River, con el regreso de Astrada como DT, recibía en el Monumental a Independiente en el cierre de la octava fecha del Apertura. La visita se impuso con un cómodo 3 – 1, ganó luego de 13 años el Monumental y quedó a un punto de los líderes.

River, con el regreso de Astrada como DT, recibía en el Monumental a Independiente en el cierre de la octava fecha del Apertura. La visita se impuso con un cómodo 3 – 1, ganó luego de 13 años el Monumental y quedó a un punto de los líderes.

De movida salió mejor el equipo del Tolo, con un par de ataques interesantes. River respondía y Fabbiani de cabeza se perdía una clara ocasión. Paulatinamente, Independiente inclinaba la cancha hacia el arco que defendía Navarro y luego de un corner (producto de un pifie grotesco de Nico Sanchez), Gandin ponía el 1 a 0 con un cabezazo, cuando solo iban diez minutos de juego. Un rato después Piatti, recibió un pase en profundidad, se sacó de encima a Ferrari con un giro y sometió a Navarro, ampliando la ventaja de la visita con un golazo. La paupérrima actuación defensiva de River no parecía tener fin, por lo cual no resultó extraño ver como, tras un gran pase de Mareque (de sobresaliente actuación), Silvera llegó antes que todos y puso el tercero.

Obviamente, el desconcierto riverplatense ya era notorio y los improperios plateísticos (?) no paraban de bajar. Aun así, con más orgullo que ideas, el local tuvo algunas ocasiones para descontar (siendo la más destacada una que Gabbarini le sacó a Fabbiani a quemarropa, que fue sencillamente increíble). Un coro de insultos le mostró el camino de los vestuarios a los locales, mientras que el equipo de Gallego ya pensaba en la próxima fecha.

Gallardo por Galmarini y Mauro Diaz por Bou fueron los cambios que Astrada hizo para intentar torcer la historia en la segunda etapa, pero la cosa seguía igual. Archubi se perdió el descuento a los 10 del segundo y a los 12, Gabbarini le ahogó el chirridito (?) de gol a Buonanotte… además del mal juego, River tampoco ligaba. El momento de los millonarios ya supera lo estrictamente futbolístico, pasan los técnicos y la situación no cambia.

El segundo tiempo estuvo de más: River yendo por obligación e Independiente esperando sin demasiadas ambiciones de ampliar el score. Parte del público local comenzó a irse pasada la media hora y por eso se perdió lo un tiro en el poste de Piatti y y el penal cometido a Mauro Diaz que Gallardo cambió por gol.

Triunfo para los de Avellaneda, que sin ser un equipazo están realizando una campaña mucho mejor de lo que incluso el más recalcitrante de sus hinchas hubiese imaginado; mientras que por Nuñez AstradaHernán Díaz se deben estar preguntando para qué se fueron a complicar así la vida tan tranquilos que estaban en casa con la patrona (?).

La gente, que a pesar de la mala racha que ya se está haciendo habitual sigue llenando el estadio, pareció decir basta. La salida de Fabbiani y sus gestos hacia la platea evidencia que esa relación no tiene retorno, mientras que los disturbios en el famoso Hall del Monumental no indican otra cosa que el tiempo se agota. A dos semanas del superclásico, a uno no le gustaría estar en la piel del inefable (?) José María Aguilar y su comisión directiva.


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