Ya confirmado el torneo de 30 equipos en la máxima divisional, el interés de la próxima temporada se centrara en el desarrollo y las curiosidades de ese certamen multitudinario, seguramente competitivo y sin duda histórico, entre otras porque interrumpe la realización de torneos cortos implementados en 1990 (24 años con esta forma de disputa).

En contrapartida, la segunda división sufrirá comprensiblemente una merma de seguidores, habida de cuenta que ya no contará, como ocurrió en los últimos años, con instituciones de relieve como River, Independiente, Rosario Central, Huracán y Gimnasia y Esgrima La Plata. Ni siquiera quedó Unión, animador de estos torneos, y el paso de Colón o Argentinos Juniors –otros dos rutilantes- duró menos que acuerdo programático de Faunen (?).

Así, el Nacional 2015 ofrecerá otros atractivos para el campeonato próximo, concluido el morbo de ver a los grandes caídos en desgracia en la divisional, o instituciones menos propensas a soportar duelos con adversarios que presumen inferiores en el mejor de los casos, o indignos, en otros.

Entre esos atractivos se destaca la preeminencia de clubes del denominado interior, todos indirectamente afiliados a la Asociación del Fútbol Argentino (AFA). El desglose es el siguiente: 3 de Entre Ríos, 2 de Córdoba, 2 de Mendoza, 1 de Jujuy, 1 de Tucumán, 1 de San Luis, 1 de Misiones, 1 de Corrientes, 1 de Santiago del Estero, 1 de Chubut. Completan la nómina de equipos participantes 6 de la Provincia de Buenos Aires (habrá plazas de ciudades como Mar del Plata, Tandil y Pergamino) y apenas 2 de la Capital Federal.

Es decir que a la declamada federalización del fútbol no la encontraremos en la máxima categoría sino en la divisional inmediata en importancia.

De los 10 ascendidos al ahora denominado Nacional a secas, 5 debutarán en este torneo, algunos de ellos representantes de provincias y ciudades que nunca tuvieron un equipo en este certamen instituido en 1986. San Luis con Sportivo Estudiantes y Gualeguaychú con Juventud Unida se suman a la larga lista de localidades que pasarán, con más o menos dicha, por esta competencia difícil y despareja, en ciertos casos, dado que existen contiendas donde la diferencia de presupuestos deviene notoria.

Dos de los cinco clubes debutantes consumaron ascensos consecutivos, como parte de un periplo venturoso en la vida de esas instituciones. Atlético Paraná, fundado en 1907 y apodado El Gato y El Decano, en 5 años saltó del Torneo del Interior a la B Nacional. En 2010 comenzaría el ciclo más importante de esta entidad del barrio San Martín que tiene un estadio para 7 mil personas, bautizado como Pedro Mutio, una vieja gloria albirroja (su casaca es similar a la de Unión de Santa Fe). Luego de vencer en la promoción a Defensores de Salto, el Decano subió al Argentino B, donde se mantuvo con dignidad hasta mediados de 2014. Ese año produjo un suceso al arribar al Federal A, antes Argentino A, luego de vencer en dramática definición por penales a uno de los 4 clubes más importantes de la provincia de San Juan: Unión Villa Krause, entidad de la que es hincha el actual gobernador, José Luis Highlander (?) Gioja. Beneficiado por la reestructuración del torneo, derivado del engendro de 30 equipos en primera, El Decano consiguió otro ascenso en este 2014, el mejor año de su extensa trayectoria. Terminó tercero en la fase regular, con 19 puntos (4 victorias, 7 empates y 3 derrotas), sin embargo en el reducido afloraron las fortalezas de este equipo, manifiestas en continuidad de cuerpo técnico, sentido colectivo y humildad para afrontar exigentes desafíos. En fila fue dando cuenta de Libertad de Sunchales, club de una zona próspera de Santa Fe; Unión Aconquija de Catamarca, protagonista indiscutido del Federal A que perdió el ascenso de modo increíble, y Sportivo Patria de Formosa, crédito de una provincia que soñaba con debutar en la B Nacional. Lo llamativo es que en estos 3 partidos del reducido, Paraná hizo más goles que en toda la fase regular, a lo que se suma otra curiosidad. En la final se desquitò de Sportivo Patria, el club que 38 años lo privó de ascender a Primera en el viejo Torneo Regional, ese certamen que se disputó entre 1967 y 1985-86, en el que clubes indirectamente afiliados a AFA competían para arribar al Torneo Nacional, célebre en el repaso de campeonatos argentinos que dejaron una huella.

Las claves del éxito decano, como dijo más arriba, se vinculan con la decisión dirigencial de ser coherentes con su proyecto deportivo. Con buena parte del plantel que participó del Argentino B, sorteó difíciles escollos en instancias superiores asentado en el trabajo de su entrenador, Edgardo Cervilla, resistido en algún momento por los hinchas. Cervilla, quien había ascendido a Patronato –rival de Paraná- al Argentino A en 2008, obtuvo 3 ascensos con el Decano y es hoy un entrenador querido y por fin valorado por los simpatizantes albirrojos. Bien por el técnico, que supo descifrar las complejidades de cada una de las competencias, y mejor por la comisión directiva de El Gato, que no discontinuó la tarea del conductor en épocas de zozobra. También algunos futbolistas se cuentan entre los artífices del triunfo. Sergio Chitero, un delantero escurridizo dejado libre por Marcelo Fuentes en su paso por Patronato, aportó goles decisivos; Fernando Benítez, otro atacante, llegó al club en el 2000 y en base su experiencia y sus anotaciones importantes apuntaló al grupo; el volante Pablo Lencioni, surgido de las inferiores del club, fue otro puntal al igual que el defensor Martín Galli. También sobresalieron el arquero Ignacio Arce, quien cometía errores tontos en su anterior paso por Unión, y el volante izquierdo Alexis Ekkert. Concluyendo: jugadores con perfil bajo, apartados de los grandes flashes, cumplieron un papel gravitante. Una última cuestión referida a los siempre invocados apoyos externos, que desde luego existen. Contrariamente a lo que se cree, el gobierno provincial encabezado por Sergio Urribarri no aportó frondosas sumas de dinero para el éxito decano. Ese apoyo fue para Patronato, el otro club de la ciudad, que consumó un papelón en la B Nacional con Marcelo Fuentes como entrenador y que ahora deberá afrontar el clásico zonal con el ascendente y por muchos menospreciado Atlético Paraná.

Otro que logró dos ascensos en 6 meses fue Gimnasia y Esgrima de Mendoza, un histórico de esa provincia, protagonista en 9 ediciones de los viejos torneos Nacionales. Apodado El Lobo del Parque, entre otros motes, a mediados de este año derrotó en la final a Unión Aconquija y se instaló, sin sentir los rigores de la categoría, en el Federal A. Luego de una campaña discreta en la fase regular (ganó 9, empató 7 y perdió 7) explotó en el reducido, apoyado en la fortaleza de su localía, el Víctor Antonio Legrotaglie, ubicado a solo 6 cuadras del Bautista Gargantini, estadio de Independiente Rivadavia, su máximo rival. En el Legrotaglie –así se llama la cancha en homenaje a uno de los mejores jugadores que vistió la casaca blanca y negra- el Lobo derrotó a Unión Villa Krause, la CAI de Comodoro Rivadavia y nada menos que Talleres de Córdoba, el candidato a subir por plantel e historia. Le ganó 2 a 1 en Mendoza y 1 a 0 en Córdoba, con intervenciones decisivas del arquero Matías Alasia, rebautizado como San Alasia, y el delantero Sergio “El Mago” Oga, autor de un tanto inolvidable en la provincia mediterránea. De este modo, Gimnasia consiguió un nuevo ascenso con implicancias históricas: jugará por primera vez el torneo de la B Nacional. Y enfrentará, ahora en esta categoría, a Independiente Rivadavia, en otro de los clásicos que ofrecerá la temporada venidera.

Previo a esta escalada de logros, el Lobo padeció y mucho. La reestructuración 1985/86 fue lapidaria para sus aspiraciones de retornar a los primeros planos. En los 90 y 2000 sumó ascensos y descensos, en el marco de crisis institucionales que, desde luego, repercutían en el plano deportivo al punto de que recién en 2014 pudo dejar atrás los continuos roces con el Argentino B. Como si fuera poco, en ese período de sosiegos compró los espejitos de colores que traen esas personas extrapoladas de otras geografías y oficios. En 2004, el empresario Xavier Ferrer Vázquez, por entonces pareja de la vedette y actriz Moria Casán, acordó con otro empresario, Gustavo Giménez, hombre fuerte del lobo mendocino en aquel momento, gerenciar el fútbol de Gimnasia.

El objetivo era convocar no solo a socios del lobo sino a toda la provincia, mediante una serie de iniciativas destinadas a potenciar la imagen del club. Por ejemplo, circuló la llegada de Diego Maradona para desempeñarse en algún cargo –se frustró-y la utilización de la figura de Casán. Así, Mendoza y otras ciudades aparecieron empapeladas con sugerentes afiches de la vedette vistiendo la camiseta albinegra, con un eslogan no menos sugerente: “los hinchas podrían colgarse de mis lolas”. El emprendimiento fracasó estrepitosamente, como era de esperarse. Gimnasia cosechó pobrísimos resultados en el Apertura y Clausura de la zona C del Argentino B, los aportes económicos de Ferrer Vázquez nunca llegaron –lo que provocó el enfrentamiento con Giménez, el otro empresario- y el vínculo amoroso entre los gerenciadores estalló por los aires, agravado porque al poco tiempo se conocieron hechos delictivos que involucraban al sex toy (?) de Moria.

Claro que la grandeza de Gimnasia trasciende estas cuestiones, si bien conviene no soslayarlas nunca. Por este club pasaron jugadores con estirpe, algunos de ellos de renombre como Juan Gilberto Funes, Roberto Rogel y Darío Felman, otros no tan reconocidos pero no menos evocados en el itinerario de la institución como Guillermo Herrera, Ángel Badía, Mario Hernán Videla, Mario Marchetti y Victor Legrotaglie. Y se cuentan hitos en el Torneo Nacional, independientemente de sus discretas campañas (solo una vez accedió a los octavos de final, en 1984, y cayó con Argentinos Juniors). Dos, entre otros triunfos, figuran en el orgullo de los hinchas blanquinegros: la victoria sobre San Lorenzo de 1971, en el Viejo Gasómetro, y la goleada ante Boca de 1978, en la mismísima Bombonera. Un aspecto extraño en el derrotero de Boca: caer de modo abultado con equipos del llamado interior. Ese triunfo del Lobo, en el templo xeneize, su mayor goleada sobre un equipo grande, tuvo una serie de incidencias que merecen recordarse. Fue pocos días después de que Boca obtuviera su segunda Copa Libertadores, dirigido por uno de los entrenadores más exitosos de la historia xeneize: Juan Carlos Toto Lorenzo. En el segundo tiempo, se produjeron dos goles en contra (uno por cada lado), pero a ese dato curioso se le suman otros: Boca desperdició un penal para ponerse en ventaja, Gimnasia convirtió el suyo para, ahora sí, llegar al 2 a 1 y acto seguido se iría expulsado Hugo Orlando Gatti, símbolo del cuadro del Toto. Sin el Loco (le dieron 14 partidos de suspensión por insultar al árbitro Arturo Ithurralde) y sin la chance de incluir a un arquero suplente (Boca había agotado las dos variantes que se permitían en ese entonces), ocupó el arco Abel Alves, quien más tarde fuera técnico del primer equipo de Boca. Pues bien: Alves recibió tres goles más y Gimnasia, acaso sin proponérselo, consumó un triunfo recordado por su gente hasta el día de hoy.

Por estas historias, por su condición de club importante de Mendoza, cuna de grandes futbolistas y referencia de equipos del interior que animaron viejos nacionales, Gimnasia es el debutante del que más se espera en la B Nacional. Pese a una campaña reciente con muchos altibajos, los dirigidos por Sergio “Toti” Arias concretaron un logro de esos que también dejan marcas y envalentonan a algunos clubes. Ante 50 mil personas que colmaron el Mario Alberto Kempes, y con diez jugadores durante buen tramo del encuentro, el Lobo sacó a relucir atributos del pasado, del mejor pasado.

Sportivo Estudiantes de San Luis y Unión de Mar del Plata, otros dos que harán su presentación en la B Nacional, ascendieron por vía directa y fueron de los mejores equipos del breve Federal A. Le costó un poco más a Unión, apodado el Celeste, dado que debió definir con el desgraciado Talleres de Córdoba al igualar en la primera colocación. Con personalidad y mucho amor propio, el conjunto marplatense venció a la T en el estadio de Sarmiento de Junín y consiguió su mayor victoria deportiva, en un recorrido que comenzó en 2008 con el ascenso al Argentino B y continuó un año después al subir al Argentino A, divisional en la que se instaló y coqueteó con el Nacional B reiteradas veces.

Cabe mencionar que su triunfo sobre Talleres, en Junín, fue el tercero en el Federal A: le ganó en Córdoba 4 a 1, goleada que propició la partida del entonces técnico del cuadro cordobés, Jorge Vitrola Ghiso; y 3 a 1 en el Minella. Entre las claves del reciente éxito de Unión sobresale la labor de su técnico, Gustavo Noto, quien consiguió su tercer ascenso en torneos del interior. Antes, había subido con Racing de Olavarría y Alvarado de Mar de Plata, el club de sus amores, hoy destrozado por políticas privatistas, ambos del Argentino B al A. Obsesivo, estudioso, implacable en la toma de decisiones, Noto conformó un equipo sólido y aguerrido que ganó 7 partidos, empató 5 y perdió apenas 2, en el que se destacaron varios futbolistas con pasado en clubes importantes: Martín Quiles (ex Quilmes), Joel Amoroso (ex Ferro Carril Oeste), Ariel Seltzer (ex Argentinos Juniors y selección sub 20), Nicolás Ramírez (ex Lanús y Chacarita); Luciano Mazzina (ex Quilmes) y Nicolás Castro (ex Gimansia y Esgrima La Plata).

También Estudiantes de San Luis logró el ascenso con nombres fuertes. Repasando: Gastón Stang (ex Talleres y Tigre), Omar Gallardo (ex San Lorenzo), Cristian Nuñez (ex Newell’s), Ricardo Moreira Aldana (ex Talleres), Emanuel Celiz (ex Murcia de España), Carlos LLamos (Huracán) además de contar en sus filas con el arquero Valentín Brasca, un histórico (ex Ferro), y dos entrenadores que trabajaron en Primera, Pablo Morant y Hernán Darío Ortiz. Estos últimos, paradojas del destino, dos triperos que consiguieron su máximo logro como entrenadores en un club llamado Estudiantes. Si agregamos que en este club puntano también jugó y muy bien Mario Lobo Saccone, recordado por los hinchas, deducimos que el problema es el significante Gimnasia (?). Con este plantel, el Verde –como apodan al club- fue el equipo que sumó más puntos en el fase regular del Federal A (32 unidades) y el que convirtió más goles (26).

Claro que este ascenso se inscribe en el crecimiento meteórico de la institución, coincidente con la llegada de su actual gerenciador, Carlos Ahumada Kurtz, del que ya nos ocuparemos. En 2012 subió desde el Torneo del Interior al Argentino B tras derrotar a Deportivo Aguilares de Tucumán, y en 2013 ascendió al Argentino A luego de superar en la serie final a Atlético Policial de Catamarca, en condición de visitante. Su primera temporada en el Argentino A no fue buena: estuvo al borde del descenso. Lo impidió, en el medio de una ardorosa polémica que incluyó a Ahumada Kurtz. El gerenciador, enfrentado con el gobierno de San Luis, estuvo cerca de abandonar Estudiantes a raíz de una deuda que le reclamaba al Estado. Medios puntanos decían que Ahumada “iba a entregar” el partido con Juventud Antoniana por esa deuda impaga y por una supuesta decisión de Ahumada de dejar Estudiantes para arribar a la provincia de Salta. Nada de eso ocurrió. Más: con el partido 3 a 2 en favor del Verde, algunos particulares ingresaron al campo de juego para defender la victoria parcial en la línea de gol, un hecho insólito cuya investigación no prosperó. Estudiantes, en ese momento, también era noticia por un escándalo de drogas, alcohol y sexo en el que presuntamente estuvieron involucrados sus jugadores.

Ahumada, sobre quien recaen denuncias de lavado de dinero y fluidos vínculos con el narcotráfico, no es un novato como dirigente. Luego de estar detenido en México desde 2004 hasta mediados de 2007, recaló en Talleres de Córdoba donde administró el club de forma desastrosa. Los resultados eximen de mayores agregados: durante su gestión la T descendió al Argentino A y la deuda cuando se fue ascendía a los 4 millones de pesos. Intentó, sin suerte, en Juventud Universitario de San Luis hasta desembocar en Sportivo Estudiantes de la misma provincia. Deportivamente, este club bajo su mandato redondeó un ciclo positivo, lo que le permitió a Ahumada negociar influencias para integrar el Comité Ejecutivo de la AFA. Este empresario sospechado de participar del delito complejo pero superexitoso a la luz de quienes ven geniales gerentes borrando formas de procedimientos e historias pasadas, créase o no, es parte de la nueva AFA. Intervenciones aparte, a Sportivo Estudiantes lo respaldan otras memorias. Conocido como “el club que nació campeón” por ganar las 7 primeras ediciones de la liga puntana (es el más ganador con 35 títulos), por sus filas pasó Juan Gilberto Funes –entre otras figuras- y estuvo a punto de jugar en Primera División en la década del 80. En 1982 perdió la final con Independiente Rivadavia de Mendoza y un año después cayó en el partido decisivo ante Andino de La Rioja, no sin polémicas. ¿Qué pasó? La serie finalizó con un global de 2 a 2, pero en lugar de que se disputase un partido desempate entre riojanos y puntanos el Consejo Federal de la AFA dispuso que se defina el ganador con el arcaico método de lanzar la moneda. Una situación irregular que muchos recuerdan hasta hoy. Con el actual gerenciador en la AFA, es posible que otra sea la suerte para este equipo de San Luis que desembarca en el fútbol grande de la Argentina.

Ahumada Kurtz no es la excepción de un fútbol ajeno a la sospecha y la carroña. Fútbol, política y negocios están íntimamente entrelazados desde hace tiempo, acaso desde siempre. Francisco “Cacho” Pagano, hombre fuerte de Unión de Mar del Plata, es otro actor que tampoco puede omitirse a la hora de reseñar los recientes ascensos. Cacho, junto a Daniel Fumaroni, conducen La Moneta, la casa de cambio más antigüa de la Costa Atlántica. Esa entidad está siendo investigada en Estados Unidos por supuesto lavado de dinero a través de una cuenta en la sucursal Manhattan del Banco Nación. Para más datos sobre la biografía de este directivo marplatense y su vínculo con el fútbol, recomendamos este artículo del colega Federico Mana.

De los clubes que debutarán en la B Nacional 2015, resta consignar a Juventud Unida de Gualeguaychú, institución nacida en 1907, de camiseta celeste y blanca, conocida como La Juve. Al igual que Sportivo Estudiantes y Unión de Mar del Plata, Juventud consiguió el ascenso de forma directa, aunque de los 5 ganadores de las zonas en las que estuvo dividido el Federal A fue el que menos puntos obtuvo (24 unidades producto de 7 triunfos, 3 empates y 4 derrotas). Nada de eso opaca la campaña de un club que representará en la B Nacional a una ciudad de 98 mil habitantes, célebre por sus carnavales pomposos y sus masivas protestas contra la instalación de la pastera finlandesa UPM Botnia por parte del gobierno uruguayo. El periplo de los entrerrianos hasta desembocar en la BN fue más bien sinuoso. Subió desde el Torneo del Interior al Argentino B en 2006 y tras sostenerse en esa divisional durante 8 temporadas, pudo llegar al Argentino A luego de superar a 9 de Julio de Morteros en la instancia de repechaje. Un año de conocimiento en esta categoría y enseguida acreditó el máximo logro de su trayectoria deportiva.

Norberto Acosta, su actual entrenador, es el nombre clave de este ciclo fecundo. Ex lateral izquierdo de River, Platense y Defensores de Belgrano –entre otros clubes- llegó a la entidad de Gualeguaychú en 2006, donde cerró su carrera en 2011. Al poco tiempo asumió como director técnico y supo inculcarle un estilo al equipo en competencias difíciles, reñidas, que cobijan instituciones muy prestigiosas y con fuertes apoyos económicos. Distinto es el caso de Juventud, que tiene un presupuesto acotado y no tiene suficientes ingresos como para incorporar futbolistas de gran jerarquía. Sí prioriza inversiones en el plano social: en 2012 remodeló las instalaciones de su cancha, bautizada como Estadio De Los Eucaliptos. Con muchos jóvenes, la ascendencia de Matías Marchesini –ex Boca- y la citada conducción de Acosta, la Juve tuvo un comienzo demoledor que le permitió ir moldeando un ascenso para muchos impensado. Más impensado aún teniendo en cuenta el escenario de la coronación: la cancha de Gimnasia y Esgrima de Concepción del Uruguay, institución también ubicada sobre la costa del Uruguay, y clásico de Juventud. Paolo Impini, en tiempo recuperado, le dio el triunfo al equipo de Acosta, una fecha antes de la finalización del certamen. El ascenso, lógicamente, conmovió a la ciudad. Por la envergadura del triunfo y por el contendiente, un equipo fuerte de Entre Ríos que en 2002 estuvo cerca de subir a Primera División en una final con Arsenal de Sarandí. Nota: la culpa es del lobo entrerriano (?).

Así, cerramos este repaso por cinco nuevos protagonistas de la B Nacional. Historias, curiosidades, contextos y personajes dan forma a clubes peculiares, la mayoría de crecimiento vertiginoso como Crucero del Norte, flamante ascendido a Primera. De ahí que cabe no desatender un inquietante panorama: estos clubes atraviesan un ciclo próspero por lo que podrían continuar sumando hitos en tiempo récord y, quién sabe, acaso figuren en un sorteo de la mismísima Copa Libertadores casi sin darse cuenta.