La reestructuración también llegó al ascenso indirectamente afiliado de la Argentina. Los torneos Argentinos fueron rebautizados como Torneo Federal A y B. Otorgarán nada menos que siete ascensos cada una. Explicamos el modo de disputa y el turbio manejo de distribución de invitaciones que definió la nómina de cada categoría.

Todo pasa y todo queda, pero lo nuestro es pasar, pasar poniendo signos de interrogación entre paréntesis (?) sobre las tumbas recién cavadas. Citamos con escrupulosa literalidad (?) a Antonio Machado para completar nuestra serie de entregas sobre la reestructuración del fútbol argentino a lo largo de este semestre, proceso que se ha visto radicalmente resignificado por un hecho a la vez muy inesperado y muy esperado (?) como la muerte del presidente de la Asociación del Fútbol Argentino, Julio Humberto Grondona.

Otro será el momento para hacer el balance adecuado sobre el impacto de esa presidencia eterna sobre el fútbol del interior. Por un lado, se mantuvieron varias de las desigualdades históricas entre los clubes según su modo de afiliación a la AFA, por el otro durante estos años se fueron adoptando diversas medidas de inclusión que fueron incorporando, siquiera indirectamente, cada vez más equipos de las provincias a las competencias federales. La adopción inminente del torneo de Primera División de treinta participantes apeló al latiguillo de la “federalización”, más allá de que las sospechas viraran en torno de la protección a clubes poderosos de la Capital para evitar nuevos descensos.

Lo cierto es que, aunque sea por un mero efecto dominó, el último legado del mandato interminable de Grondona tendrá innegables consecuencias hacia abajo en la pirámide futbolística. Esto se verifica de manera muy especial en el ascenso del interior, al cual se le intentó de alguna manera saldar esa deuda histórica del unitarismo porteño otorgándole una cantidad sensiblemente mayor de ascensos que a su contraparte del balompié metropolitano. De esta manera, las diez vacantes que liberarán los numerosos ascendidos a Primera División al final de este año, serán cubiertas de manera desigual. Mientras que la Primera B Metro 2014-14 (?) otorgará apenas tres lugares en la próxima B Nacional, el viejo Argentino A, hoy rebautizado como Torneo Federal A ofrecerá la sustanciosa cantidad de siete ascensos.

El Consejo Federal, no contento con esta venturosa novedad, decidió profundizar la apuesta aumentando a dedo el número de participantes de veinticuatro a cuarenta. Vale la pena hacer un paréntesis para analizar este dislate. Si bien es innegable la desigualdad que existe entre los clubes de ascenso directamente afiliados e indirectamente afiliados a la AFA, eso no quita subrayar que el fútbol del interior suele manejarse con demasiada asiduidad en base a criterios totalmente reñidos con el mérito deportivo. Las invitaciones masivas al Argentino “B” (también rebautizado como Federal B) ya son un clásico de cada invierno, que desvirtúa totalmente el sentido del Torneo del Interior. Pero siempre reconocimos que esta aparente desprolijidad estaba al menos asentada reglamentariamente, ya que los estatutos vigentes contemplaban que el Argentino “B” admitía dos vías de acceso, de las cuales una era la de la invitación. Al mismo tiempo, esta concesión al viril rosqueo de los escritorios (?) ofrecía la contrapartida de que este atajo estaba rigurosamente limitada a la divisional regular más baja de la pirámide. Por esa razón, muchos clubes de prosapia célebre o bien de enorme capacidad de seducción de capitales de origen indecible (?) rebotaron redondamente en sus intentos de saltar de forma directa al Argentino “A”. Ahora bien, ese dejo de decoro que el Consejo Federal podía esgrimir como coartada ante las denuncias de bacanal grecorromano (?), fue abandonado abruptamente en la programación de este semestre inédito.

Uno de los argumentos para la ampliación del parque de participantes, el que alude al aumento considerable de los ascensos, se cae por su propio peso: si la B Nacional puede promover a diez equipos de un total de veintidós, no se ve porque la divisional inmediatamente inferior no podría repartir siete lugares a veintitres contendientes. Lo cierto es que la justificación vino más por el lado de la federalización postulada. El problema es que este criterio profundiza aún más el desprecio total por el desempeño dentro del campo de juego. Los invitados fueron reclutados en base a las áreas de vacancia geográfica y no apuntado, como hubiera sido lógico, a los conjuntos que hubieran quedado al borde del título en el maratónica Argentino “B” 2013-14. De hecho, algunos de los equipos que participarán de esta edición inaugural del Torneo Federal A, ni siquiera estaban en el Argentino “B”, ¡ni habían ascendido a él mediante el Torneo del Interior! Es decir que los hicieron subir dos categorías de golpe sin ningún fundamento deportivo alguno. Así el resultadismo se muere, en tu cara bidón (?).

Bromas aparte, nos parece lamentable que un equipo puede acceder a una categoría tan encumbrada como la B Nacional con un sólo ascenso obtenido adentro de la cancha. Más aún cuándo un porcentaje altísimo de los integrantes de este flamante Torneo Federal han llegado por la vía administrativa: 17 de los 40 representan esa condición, es decir el 42, 5 de los participantes. Nadie podría estar más de acuerdo con la medida de repartir las plazas en la segunda divisional del país con un criterio que acentúe la representación federal, pero cualquier criterio encomiable de discriminación positiva se vuelve espurio si paramos al primer negro que pase por la calle y le damos altas atribuciones para demostrar que no somos racistas (?). Peor aún, el número de escritoriazos hubiera sido mayor si no fuera porque muchos de los convidados rehuyeron la prebenda por no estar financieramente en condiciones de afrontar el certamen. Desde luego, queda en el aire la incógnita de si los que aceptaron estarán genuinamente en una situación económica demasiado diferente o si simplemente decidieron tirarse a la pileta al recibir una oferta que no pudieron rechazar. Al analizar el comportamiento no sólo de los dirigentes de muchos de los clubes involucrados, sino también de las prensas regionales y los hinchas, que presionan agitadamente para negociar invitaciones del Consejo Federal, se comienza a comprender cómo es que una figura popularmente reconocida como mafiosa pudo sostenerse tan cómodamente en el poder durante décadas. La renuncia a cualquier examen previo de sustentabilidad por la mera posibilidad de militar en una categoría federal, es la expresión del “sin clientes no hay trata” llevada al fútbol.

La negativa de todos los clubes de Santa Cruz y Tierra del Fuego a participar a pesar de ser expresamente invitados impedirán que este nuevo certamen cubra cabalmente todo el territorio nacional. Entre los desertores sorprende la aparición de Boca (Río Gallegos), hasta hace poco un proyecto predilecto del magnate Lázaro Báez, que evidentemente hoy tiene otras preocupaciones, ya que optó por declinar el ofrecimiento, como así también hicieron sus vecinos de Boxing Club. Lo de los fueguinos era más esperable, dado que hace un par de años que vienen eludiendo incluso la posibilidad de llegar al Argentino “B”. Su participación en un certamen de la importancia del Federal “A” hubiera sido un disparate de proporciones, tanto por las exigencias monetarias y de traslado (peor aún cuando muchos jugadores trabajan de otra cosa) como por las meras equivalencias deportivas.

El criterio de profundizar la cobertura territorial se manifiesta además en la postura de que cada provincia tenga un mínimo de dos plazas en las primeras tres divisionales del fútbol nacional. Es así que en las jurisdicciones menos representadas se cursaron dos invitaciones, mientras que en aquellos que tenían un solo participante en el Argentino “A” o divisional superior, igual se apostó por sumar un equipo más de ese origen. De esa manera, sacando el caso ya mencionado de los territorios más australes, casi todas las provincias tendrán dos participantes en el Federal “A”, con la única excepción de algunas que ya tienen representativos en Primera División o la B Nacional (es es el caso de Córdoba, San Juan, Corrientes y Jujuy).

Lo cierto es que aquí no acabaron las desprolijidades: una vez completado este ciclo de invitaciones con el criterio de las dos plazas por provincia y deducidos del total los patagónicos cagones (?) que no quisieron sumarse, quedó una cantidad final de 39 participantes, bastante irregular. Más allá de que permitía la confección de tres zonas de trece integrantes, aparentemente la decisión de los organizadores para esta temporada fugaz era conformar grupos más breves, que admitieran una programación a doble vuelta de partidos en pocos meses. En los días subsiguientes arreciaron los rumores respecto de algún escritoriazo adicional que emparejara los números. Mientras las respectivas prensas regionales propagaban conjeturas con dudoso sustento fáctico, desde AFA se negaba rotundamente cualquier incorporación de último momento. Pues bien, todos esos rumores eran falsos, excepto los que circulaban en Chivilcoy: Independiente de esa ciudad entró por la ventana para llegar a la armoniosa cantidad de cuarenta inscriptos. No faltaron los exaltados que exclamaron, como quien reclama un gol en off-side, ¡Randazzo, Randazzo! aludiendo a la filiación chivilcoyana del ministro del Interior, de ostensibles aspiraciones en las elecciones del 2015. Nada puede descartarse en este golpeado fútbol nuestro, si bien también es conocido el apresuramiento de las voces opositoras para relacional cualquier medida turbia con el gobierno en funciones. Lo cierto es que Randazzo no sólo es simpatizante sino que está más ligado a otro club de su ciudad, lo cual de todas maneras no invalida que pueda verse favorecido por una buena actuación de sus cotérraneos. Lo cierto es que Independiente, a diferencia de otros que habían sido invitados previamente, cuenta al menos con algunos salvoconductos deportivos, ya que llegó al Argentino “B” de manera insólita, es decir ganando el Torneo del Interior en 2012(?) y la temporada pasada quedó bastante de clasificar al Argentino “A” dentro de la cancha, ya que llegó a semifinales. El principal obstáculo claro está, es que la invitación a este club era difícil de justificar desde el criterio geográfico utilizado previamente, ya que la provincia de Buenos Aires ya tenía tres representativos en el Federal “A” y decenas en las dos principales divisionales del país.

Además de las protestas que acompañan a todos los ascensos de escritorio, la invitación de último momento a Independiente de Chivilcoy, hizo renacer las expectativas en varios rincones del país: volvieron los carpetazos, los llamados presurosos, las charlas secretas, mientras que las publicaciones locales volvían a hacerse eco del chamuyo de cualquier dirigente para prometer el oro y el moro a sus esperanzados lectores. Demasiado tarde. Acaso el principal perjudicado sea Estudiantes de Río Cuarto, laborioso finalista del Argentino “B” 2013-14 que tuvo que ver como conjuntos con menos méritos le pasaron por encima. Los otros cuadros que se habían quedado al borde del ascenso en junio tuvieron la suerte de provenir de provincias con menos colegas encumbrados: es así que Unión Aconquija (Catamarca) y Altos Hornos Zapla (Jujuy) encontraron revancha poco después de las decepciones con las que cerraron la temporada pasada. Al menos ellos cuentan con algún basamento deportivo para mentirse que el ascenso expresa algún mérito más allá del ayudín dirigencial. Muchos otros tuvieron desempeños bastante mediocres el pasado Argentino “B” y otros directamente lamentables: es el caso de Sarmiento (Resistencia), que se salvó del descenso recién en la última fecha de la fase regular y fue misteriosamente (?) favorecido con el premio de acceder al Federal A. Otros ni siquiera vienen del Argentino “B” pero por lo menos pueden alegar que ganaron el Torneo del Interior en la primera mitad del semestre y se confundieron de puerta (?): es el caso de General Belgrano (La Pampa) y Américo Tesorieri (La Rioja). Y el caso más insólito de todos es el de Andino (también de La Rioja) que ni siquiera pudo conseguir uno de los treinta (!) ascensos que tenía a su disponibilidad en el aludido Torneo del Interior. En fin, muy desprolijo todo, lo bueno es que por esta vía extradeportiva vuelve a los primeros planos Textil Mandiyú, uno de los dos desprendimientos del recordado equipo correntino que rellenara los últimos 45 segundos (?) del viejo Fútbol de Primera con inestables imágenes que llegaban vía coaxil.

Ahora, lo importante: ¿qué se hace con todo este quilombo? (?). Teniendo en cuenta la manera en que fue hecha, hay que decir que el sistema de disputa es bastante potable, es como cuándo se llega a arreglar milagrosamente para una ocasión social una casa que hasta quince minutos antes de la llegada del primer invitado era un desconche (?). Los cuarenta equipos fueron repartidos en cinco zonas de ocho equipos teniendo en cuenta el criterio de proximidad regional y que a Talleres de Córdoba le toque un grupo fácil (?).

Primer (¿único?) punto positivo del nuevo sistema: el primero de cada grupo asciende directo, gran mejora respecto de temporadas anteriores en las cuales los mejores de la serie regular pasaban a una etapa posterior en la que quedaban igualados con conjuntos que habían pasado raspando el corte eliminatorio. Obviamente que esta novedad es favorecida por el incremento de ascensos, de todas maneras, entre tantas críticas que hemos argumentado, nos complace reconocer al menos alguna virtud organizativa. De esta manera, los cinco conjuntos que hagan mejor campaña en sus respectivas zonas tendrán el merecido premio de acceder a la B Nacional sin engorrosos y angustiantes play-offs.

Los dos lugares restantes sí serán dirimidos por esa vía, a través de un certamen reducido que involucrará a dieciséis contendientes: los segundos, terceros y cuartos de todas las zonas, además del mejor quinto. Teniendo en cuenta que cada grupo está compuesto de ocho clubes, lo del mejor quinto parece un premio exagerado, pero es cierto que el formato reclamaba una nómina de involucrados que fuera una potencia de dos. Como los ascensos disponibles son dos serán apenas tres las series de partidos que deberán afrontar estos conjuntos. Serán partidos a ida y vuelta, sin ventaja deportiva.

Esta es la conformación de las zonas para ir armando conjeturas, resaltamos el hecho de que al menos uno de cada una llegará a la B Nacional el año que viene.

Zona 1: Independiente (Neuquén), Cipolletti (Río Negro), General Belgrano (Santa Rosa), Guillermo Brown (Puerto Madryn), Alianza (Cutral-Có), Deportivo Roca, Deportivo Madryn y Comisión de Actividades Infantiles (Comodoro Rivadavia).

Zona 2: Andino (La Rioja), Américo Tesorieri (La Rioja), Gimnasia y Esgrima (Mendoza), Juventud Unida Universitario (San Luis), San Lorenzo de Alem (Catamarca), Unión (Villa Krause, San Juan), Deportivo Maipú (Mendoza) y Estudiantes (San Luis).

Zona 3: Altos Hornos Zapla (Jujuy), Juventud Antoniana (Salta), Mitre (Santiago del Estero), Central Córdoba (Santiago del Estero), San Martín (Tucumán), Gimnasia y Tiro (Salta), San Jorge (Tucumán) y Unión Aconquija (Catamarca).

Zona 4: Chaco For Ever, Atlético Paraná, Sarmiento (Resistencia), Gimnasia (Concepción del Uruguay), Sol de América (Formosa), Juventud Unida (Gualeguaychú), Textil Mandiyú (Corrientes) y Sportivo Patria (Formosa).

Zona 5: Alvarado (Mar del Plata), Independiente (Chivilcoy), Talleres (Córdoba), Tiro Federal (Rosario), Unión (Mar del Plata), Defensores de Belgrano (Villa Ramallo), Unión (Sunchales) y Ferrocarril Oeste (General Pico).

El certamen no iba a empezar esta semana como las categorías metropolitanas, de hecho recién el lunes se confirmó el modo de disputa y el fixture, con lo cual el deceso abrupto de Grondona no modificó el calendario previsto. La primera fecha tendrá lugar recién dentro de tres semanas, el fin de semana del 24 de agosto. La fase regular, que ya definirá cinco de los ascensos culminará el 9 de noviembre. El reducido por los dos lugares remanentes se completará entre noviembre y diciembre.

TORNEO FEDERAL B

Si en el habitualmente ordenado Argentino A (más allá del cambio de nombre) los organizadores se tomaron las licencias que comentamos en los párrafos precedentes la reestructuración del escalón inmediatamente inferior ya resultó directamente inenarrable. A los habituales rumores de pasillo sobre invitaciones reales y fabuladas, se sumaban además las incertidumbres y conjeturas de los conjuntos que aspiraban a saltar hacia el Federal A y las renuncias de otros clubes que asumían sus penurias económicas. Para volver aún más delirante la situación, el Consejo Federal les dio a todos los participantes la posibilidad de renunciar a la disputa de este torneo de transición sin por eso perder la categoría (!). Es decir que hay equipos que se toman este semestre de descanso y vuelven el año que viene. Entre ellos esta el ya aludido Boca (Río Gallegos) que también rechazó un lugar en el Federal A.

Para peor, el Consejo Federal decidió ignorar el único criterio que solía honrar con cierta rectitud que era el de resistirse a anular descensos. Sin embargo, el desenfreno carnal (?) que habilitó esta reestructuración presurosa permitió que algunos de los invitados fueran algunos de los que habían perdido la categoría hace pocos meses, algo que se había juramentado expresamente que no se haría. Entre los turbiamente favorecidos está un grande del interior caído en desgracia como San Martín (Mendoza), que palió con este escritoriazo su increíble derrumbe hacia la liga local. Otros que le escaparon de esta forma indigna a la guadaña fueron Defensores de Salto, Petrolero Austral (Río Gallegos), 9 de Julio (Rafaela) y Villa Cubas (Catamarca). A este quinteto de resucitados se sumaron otras once invitaciones. Además habrá una cuantiosa camada de nuevos participantes que accedieron de forma deportiva, nada menos que veintiocho ganadores del Torneo del Interior (eran treinta, pero dos fueron invitados directamente al Federal A).

Tras la sucesión de tramoyas y reorganizaciones quedó un total de 130 participantes, una cifra que permitiría varias distribuciones bastante armónicas de los participantes (trece zonas de diez, por ejemplo) si no fuera por ese pequeño problemita de que nadie que no sea un hippie o un prófugo (?) quiere aventurarse en la Patagonia. Es así que toda la soberbia del número par (?) se tuvo que derrumbar antes las limitantes geográficas. Habrá dos zonas de seis equipos (justamente las del extremo sur del país), dos zonas de siete y trece zonas de ocho. En cada grupo se enfrentarán en partidos de ida y vuelta.

La creciente sospecha de un ghetto patagónico (?) se confirma en lo que sigue: los equipos de las dos zonas sureñas deberán atravesar una instancia adicional como ominosa contrapartida de la menor cantidad de integrantes de cada una. Mientras que en el resto del país los tres primeros y (hasta algunos cuartos) pasarán directamente a la instancia decisiva, los que ocupen esos lugares en la región meridional deberán medirse de forma cruzada en una serie de ida y vuelta antes de llegar a la siguiente fase. Es decir que las zonas 1 y 2 (las integradas por conjuntos de Santa Cruz, Chubut, Neuquén y Río Negro) aportarán entrambas tres equipos a las series eliminatorias, mientras que cada uno de los grupos restantes tendrá garantizada esa cantidad de forma exclusiva. De las conferencias (?) con ocho integrantes, progresarán además los ocho mejores cuartos.

Una vez completadas estas instancias, quedarán 56 equipos en carrera, pero resulta que se termina el año (!). Así como lo leen, el Torneo Federal B definirá recién en febrero de 2015 a sus siete ascendidos, que tendrán escasos momentos para celebrar ya que pocas semanas después se iniciará el Torneo Federal A. A esta altura, cabe reconocer nuestra sorpresa es fingida. Lo concreto es que en pleno mes de enero arrancarán las etapas decisivas del Federal B, con series de eliminación directa armadas por el criterio de cercanía geográfica. Dado que la cantidad de plazas disponibles en la divisional superior es como ya dijimos de siete, cada equipo deberá superar tres instancias de mata-mata para conseguir el ascenso. Es decir, arrancan 56, quedan 28, después 14 y finalmente los siete favorecidos. Al menos hasta que el Consejo Federal borre todo de un plumazo (?).

Al igual que con el Federal A, los complicados preparativos retrasaron bastante el inicio del certamen, con lo cual el deceso del mandamás de la AFA no supone una modificación en el calendario, que en este caso prevé el arranque para los primeros días de septiembre.

La nómina de participantes y la distribución en sus respectivas zonas es demasiado copiosa para transcribirla acá, pero los interesados pueden chequearlas en la excelente página Ascenso del Interior.

POSTS ANTERIORES SOBRE LOS TORNEOS DEL SEMESTRE

Cómo se jugarán la Primera A y la B Nacional de Transición

Cómo se jugarán la B Metro, la Primera C y la Primera D de Transición