Los entrenadores hablan. Todo el mundo lo hace, y guste o no (?) ellos son parte del mundo. Sin embargo esa locuacidad de los DTs a veces les juega una mala pasada, y en otras ocasiones está sobrevalorada.
La intolerancia con los árbitros que existe en las transmisiones de los partidos se está yendo de control. Se parece más a un ensañamiento que a una virtud informativa. Es necesario bajar un poco los humos.