Acaba de finalizar el encuentro válido por la novena fecha entre Argentinos Juniors y Racing, con victoria cómoda para los locales 2 a 0, dejando a los dirigidos por Borghi a un punto del líder San Lorenzo, y a la Academia preocupada y cada vez más complicada en los promedios.

Con la excluyente presencia de Diego Maradona en un palco, acompañado por Mancuso y “la” Claudia, el partido tuvo un inicio como para no distraerse. A los 11′, en un centro favorable a Argentinos llegó la apertura por intermedio de Andrés Scotti, que saltó y en el forcejeo la terminó metiendo con la mano, a modo de homenaje (?) para tan renombrada visita.

Luego de esta acción, el conjunto dirigido por el debutante Juan Barbas logró hilvanar tres jugadas en las que podría haber empatado. Primero tras una corrida de Lugüercio por izquierda que Lucero demoró en definir, un rebote que dio Torrico y Rosano increíblemente marró, y finalmente Caballero que hizo gala de su habitual ineficacia.

Pero la Academia era muy imprecisa, y Argentinos —que por momentos jugaba con cinco defensores— empezó a sacarle provecho a la velocidad de Hauche, que en cada desborde por la izquierda dejaba sin respuestas a la última línea visitante. Y en una de esas escapadas llegó el segundo gol, luego de que Raymonda apareciera solo para conectar un centro bajo del Demonio, definiendo suave a la izquierda de De Olivera. El Bicho cerraba así el primer tiempo y daba la sensación de partido liquidado.

En el entretiempo, mientras la prensa pateaba la puerta (?) del palco donde estaba Maradona, para pedirle una declaración (que el Dié complació tirando “Messi tiene que despegar de una vez por todas, porque es el mejor del mundo, pero si no lo demuestra en la cancha con nosotros…” ), el DT racinguista decidió incluir a Brian Lluy y Sebastián Grazzini por Rosano y Tavio, intentando generar un golpe de efecto que nunca llegó.

Evidencia de esto fue que el cronómetro no llegaba al minuto y los de Borghi pudieron marcar el tercero, luego de que Sosa pisara con mucha comodidad el área, sacando un buscapié que nadie conectó. Al rato Hauche no llegó a un pelotazo que controló De Olivera, pero seguía intratable. Faltando quince minutos Racing no daba respuesta alguna en el campo, más allá de la inclusión de Castromán, que no hizo diferencia en el mediocre rendimiento racinguista. Del otro lado, el buen engranaje de Argentinos manejaba el partido a gusto y piacere.

Y si algo le faltaba a la visita, era que Lluy cometiera una durísima entrada de atrás contra Hauche, y el árbitro Faraoni recurriera a una rigurosidad que no tuvo en todo el partido, expulsando a quien había ingresado en el entretiempo. Después llegó el final, con la sensación de que, venga el director técnico que venga, tendrá muy complicado hacer funcionar a un equipo armado por Caruso, con los confusos jugadores que él trajo al club, y el agravante de que Racing no tuvo un buen partido en todo el torneo. Argentinos es fiel a su historia de la mano del Bichi Borghi, con un equipo que sabe a lo que juega, y que se hace cada vez más fuerte de local.