Capítulo final para la trunca saga Racing-Matthäus. Luego de los reproches de los dirigentes de la Academia, que igual dijeron que habían cortado ellos y no el alemán, apareció Lothar declarando que quién incumplió su palabra fue el club que durante un tiempo dejó de ser club.

Capítulo final para la trunca saga Racing-Matthäus. Luego de los reproches de los dirigentes de la Academia, que igual dijeron que habían cortado ellos y no el alemán, apareció Lothar declarando que quién incumplió su palabra fue el club que durante un tiempo dejó de ser club.

 
“Juro que no me estoy haciendo el boludo” (?)

Cuál culebrón barato y trillado, ambas partes siguen echándose la culpa mutuamente casi al nivel de una pareja de un impotente y una frígida. Esta vez le tocó el turno al ex entrenador de la selección de Hungría.

El una vez campeón y dos veces subcampeón del mundo con la selección de Alemania Federal aseguró enfáticamente que el problema por el que no se pudo arribar a un final feliz (?) fue la falta de avales de Racing para hacer frente a su contrato:

“Racing me tiene que pedir perdón a mí. Estaba todo acordado por teléfono, los tickets, pero no me dieron las garantías, no organizaron lo más importante…. Estaba esperando hacía seis días que me mandaran los garantías bancarias y no llegaron. Y eso es lo más importante en definitiva. Lo demás estaba todo perfecto, pero no vi las garantías y en el fútbol mundial hay muchas historias difíciles”

Las palabras de Matthäus, vertidas a Olé, oscurecen un poco más los hechos ya de por sí retintos (?) que rodearon la contratación fallida, pero echan luz sobre algunas otras cuestiones: 1) no fue culpa de la esposa, 2) los dirigentes de Racing son de muy dificil clasificación, 3) Lothar no le hace asco a nada si no arguyó, aunque sea “de paso”, el nivel de los jugadores que debía adiestrar.