¿Real Madrid? ¿Champions? Ma’ qué Champions ni qué ocho bolillos (?). Consumado el Nietos Recuperados Raúl Alfonsín, es menester hacer un brevísimo repaso de lo que fue la participación de cada uno de los 20 equipos participantes.

Ayer, con el desempate para definir la permanencia entre Colón y Rafaela y la súperfinal entre San Lorenzo y River, se cerró la temporada 2013/14. Con un gol de Rodrigo Depetris en la segunda etapa, la Crema derrotó a Colón y lo convirtió en el tercer descendido al Nacional B; el triunfo de los de Burruchaga estuvo bien, ya que, a través de Vera y Albertengo, dominaron en la primera etapa, haciendo revolcar unas cuantas veces a Montoya; extendieron ese dominio al segundo tiempo, logrando abrir el marcador; encima, poco tiempo después, el Sabalero se quedaba con uno menos por la expulsión de Mansilla; a partir de allí, fue todo impotencia para el equipo de Osella, que vuelve a la segunda división después de casi 20 años.

River, por su parte, también ganó con un gol de cabeza en el segundo tiempo: Germán Pezzella, que había ingresado por Maidana, puso el 1 a 0 definitivo que sella la clasificación de los de Núñez a la próxima edición de la Copa Sudamericana. El Ciclón, que había perdido la chance de clasificarse a la Copa Libertadores al caer con Vélez en la última jornada, se queda también afuera de la Sudamericana. Jugará todas sus cartas después del Mundial, en las semifinales del máximo torneo continental.

Ahora bien, iremos en orden alfabético para hacer unos comentarios acerca de los equipos que disputaron este Nietos Recuperados Raúl Alfonsín. Ya nomás, el primer es uno de los descendidos: All Boys. Muy flojo lo del equipo del Negro Rodríguez, que, pobre, tuvo que arreglárselas con lo muy poco que tenía. Y así le fue: último en el campeonato y un esperable descenso. Poco para destacar: el triunfo contra River en el Islas Malvinas por la octava fecha (la última victoria del Albo en primera), algo del chileno Gonzalo Espinoza, más el aporte de Jonathan Calleri. Hay que mencionar, por un lado, que la figura del equipo, Oscar Ahumada, casi ni jugó en todo el torneo por lesión. Por otra parte, el DT seguirá a cargo del equipo.

Seguimos con otro que abandona la primera división: Argentinos Juniors, que, además de compartir descenso con All Boys, también compartió el último puesto con 15 unidades. En el torneo anterior, Caruso Lombardi sacó 25 puntos y se fue, dejando un alto porcentaje de falopa en el plantel (Barraza, Palomino, Vittor, Boyero, entre otros). Quien tomó el timón fue un hombre de la casa: Claudio Borghi, el DT que lo sacó campeón en 2010. El Bichi, además de tener que lidiar con los Carusoboys (?), padeció que le traigan muy poco, destacándose el retorno de Leonardo Pisculichi, que venía de vaya uno a saber dónde (?). Así y todo, Piscu fue de lo mejorcito del equipo a lo largo del torneo, aunque, claro está, no alcanzó a hacerse cargo de un conjunto que sólo hizo 9 goles en todo el campeonato.

El que sigue también empieza con la letra “A” y disputó un torneo flojísimo, aunque no estuvo ni cerca de descender, aunque estaría bárbaro que alguna vez vuelva a donde pertenece. Arsenal, que había terminado tercero a 3 puntos del campeón en el torneo pasado, se distrajo con la Copa Libertadores (llegó a cuartos de final) y finalizó antepenúltimo con 18 unidades. En el camino, se fue Gustavo Alfaro, llegando en su reemplazo Martín Palermo ¿Para remarcar? Muy poco: el retorno de Nicolás Aguirre luego de su lesión; además, se viene una limpieza importante, parece (se destaca la salida de Javier Campestrini, que buscará cambiar de aires).

Para seguir con la miseria en la “A” de los clubes que empiezan con “A” (?), tenemos a Atlético Rafaela, que casi hace una de Banfield: en el campeonato anterior los de Burruchaga metieron 29 puntos, siendo la gran revelación; luego de los triunfos en Lanús y ante Boca, parecía que la tónica se mantenía, pero, lentamente, el equipo se empezó a caer y terminó cortando clavos, salvándose recién anteayer. Las grandes figuras de la Crema fueron Adrián Bastía y, sobre todo, Lucas Albertengo, siendo los que más aportaron para torcer la nave de un cuerpo técnico que parece que no va a seguir. Mención de honor: se vencieron los alfajores Ariel Garcé jugó anteayer su último partido como profesional.

Belgrano también metió un campeonato flojito. Como Rafaela, también había sumado 29 unidades en el campeonato anterior y, como la Crema, también sumó 20 porotos en este Final, lo cual habla a las claras de lo que ha sido este campeonato para los de Zielinski. Lo más destacable ha sido el triunfo ante Boca en La Bombonera y ante River en Córdoba. Al igual que All Boys, el Pirata registró su última victoria ante el campeón. Ese par de triunfos representaron el 66.666666666% (?) de los triunfos del conjunto cordobés en el torneo, empatando, además, 11 partidos (!). Lo mejor para el Celeste ha sido el desarrollo de interesantes jugadores como Emiliano Rigoni y Lucas Zelarrayán.

Y llegamos a Boca nomás. Uno se pone a repasar algunas derrotas/empates increíbles, algunos rendimientos bajísimos, la el mal funcionamiento de los ojos de Bianchi para ver pero no para llorar (?), la cuota de puterío de siempre, y dice: “una temporada de mierda”. No se crean, eh. El Xeneize metió un sprint final violento (5 triunfos en fila) y terminó segundo con 32 unidades, totalizando 61 puntos para ser el que más sumó en la temporada. Una temporada típica de un Zubledía, ponele (?). De lo mejor ha sido la aparición de Luciano Acosta, el rendimiento de Juan Román Riquelme cuando se enchufó (casi decisivo), el regreso en buen nivel de Juan Forlín, la regularidad de Cristian Erbes ¿Lo peor? La derrota en casa ante River con un gol de un Funes Mori (!), el alarmante nivel de tipos como Fernando Gago, Daniel Díaz, Juan Manuel Martínez, las existencias (?) de Hernán Grana y de Nahuel Zárate, la intrascendencia de Claudio Riaño y la inexplicable contratación de Diego Perotti.

Completamos la nómina de descendidos con Colón. Increíble lo que le ocurrió al Sabalero. Un pésimo Torneo Inicial 2013 (en el que finalizó con 6 puntos, gracias al descuento de otra media docena por parte de la FIFA debido a irregularidades con el pase de Juan Carlos Falcón -no te pueden sacar puntos por Falcón…-) y un plantel disminuido anticipaban un descenso prematuro (más después del 0 – 3 ante Racing por la primera fecha). Pero Diego Osella revivió a los de Santa Fe: una serie de triunfos importantes (como ante River, por ejemplo), la regularidad del equipo, más la inoperancia del resto sostuvieron al Negro mucho tiempo en la punta del campeonato. Se terminó cayendo, pero los 30 puntos conseguidos superaron ampliamente las expectativas, dejándolo en la parte alta de la tabla. Pasa que los promedios. En el último minuto de la última fecha, Colón logró una vida más. Terminó perdiendo con Rafaela el sábado para decretar un descenso dirigencialmente meritorio, pero que jugadores y cuerpo técnico no merecían. Además de lo dicho sobre Osella, debemos subrayar el despliegue de Ezequiel Videla, las atajadas de Germán Montoya, la aparición de César Meli, el liderazgo de Gerardo Alcoba y alguito de Gabriel Graciani.

Llegamos a uno de los mejores equipos del Final 2014: el Estudiantes de Mauricio Pellegrino, que supo ser líder al comienzo y, más llegando al cierre, empezó a arrimarse nuevamente, pero no alcanzó, compartiendo segunda colocación al lograr 32 puntos, uno más que Gimnasia, equipo al que le ganó el clásico en el Bosque. Y eso que dejó escapar algunos puntos que, de haberlos logrado, no sé si no te salía campeón y todo. Los jugadores supieron llevar a cabo más o menos bien la interesante propuesta ideada por Longaniza y compañía. Faltó un poco de remate a la hora de definir (hizo menos goles que sus dos compañeros de segundo puesto y menos que el campeón), más aún tratándose del equipo que más pateó al arco. De todas maneras, Guido Carrillo se las ingenió para anotar 9 goles (varios de penal), viéndose también un amague de resurrección en Franco Jara, más muy buenos rendimientos en jugadores jóvenes como Gerónimo Rulli (fue la valla menos vencida del torneo), Gastón Gil Romero (el sucesor ideal de Braña), Joaquín Correa, lo cual, sumado al aporte de Patricio Rodríguez, el sexto hombre del equipo (?), le brindó una digna despedida a su jugador emblema: Juan Sebastián Verón.

Nos cruzamos de vereda para repasar lo hecho por Gimnasia, un equipo que, a poco del cierre, llegó a depender de sí mismo. Vaya uno a saber si se cagaron en las patas o si no llegaron a creérselo, pero la cuestión es que terminaron en el tercer lugar con 30 puntos que, para un equipo que está completando su primera temporada post ascenso, es un campañón. Más aún teniendo en cuenta el plantel con el que contaba Pedro Troglio, un tanto flaco, sobre todo en lo que refiere a atacantes (al igual que su vecino, al Lobo le faltó un poco más de punch arriba: ni Bou, ni Peralta, ni Borghello, ni Pereyra supieron convertirse en ese goleador que todo equipo con aspiraciones necesita). Sí es para destacar (una vez más) lo de Fernando Monetti (que tuvo unas fechas finales, que mamadera…) y lo del ya ex GELP Franco Mussis, el verdadero motor de este equipo.

Jorge Almirón y su Godoy Cruz: las revelaciones del campeonato. Por esas absurdas paradojas de nuestro fútbol, el Tomba, en la última fecha, se consagró como uno de los subcampeones y, a la vez, se aseguró la permanencia. Interesante propuesta la del novel DT, que se animó con lo que tenía e hizo 8 puntos más que los que hizo Palermo en el Inicial 2013. Además, fue otro de los que derrotó al campeón, haciéndolo en el mismísimo Monumental. Más allá del aporte de siempre de los Castellani, Castillón y Óbolo, es menester mencionar la explosión de Gonzalo Díaz, un interesantísimo volante ofensivo que debutó de muy pibe con Sergio Batista en 2007 y que fue señalado por Diego Cocca durante su estadía en Mendoza y que, luego de pasear por algunos equipos del ascenso, fue reclutado por el actual DT del Tomba, que lo conocía de su paso por Defensa y Justicia. A seguirlo…

El año pasado, Lanús fue subcampeón del Torneo Inicial, pero se consagró campeón de la Copa Sudamericana. En algún momento de este Torneo Final y de esta Copa Libertadores, el equipo de los Barros Schelotto tuvo buenas chances de concretar, pero se cayó del torneo local por distraerse en el plano continental, donde quedó eliminado inesperadamente por el Bolívar boliviano de Bolivia (?). 6 de los últimos 18 puntos alcanzó el Granate y terminó en el quinto lugar con 28 porotos. No hay mucho para decir sobre los rendimientos, aunque sí remarcar que se pudo aprovechar la doble competencia para fogonear (?) a algunos rookies como Monteseirín, Astina, Chamorro Valdez, Pasquini, entre otros.

Newell’s, campeón del Final 2013 y subcampeón del Inicial 2013, tuvo un tramo final de temporada para el olvido: perdió el clásico con Central, sumó sólo 25 puntos, quedó afuera en primera ronda de la Libertadores, fue despedido Alfredo Berti (hoy por hoy, la Lepra todavía no tiene DT), y ya no contará con Gabriel Heinze, quien se retiró -aunque no sabemos si esto es bueno o malo (?)-. Tuvo mucho que ver en esto el bajo nivel de Ever Banega, de quien se esperaba muchísimo más, y los parates por lesión de Maxi Rodríguez.

Parecía que Olimpo iba a sufrir con el tema de la permanencia. El equipo de Walter Perazzo había tenido un flojo arranque en el Inicial 2013, aunque sumó en buena cantidad sobre el final. Ese envión se trasladó al Final 2014, ya que el Aurinegro se mostró como un equipo sólido, haciendo valer su condición de local en buena parte de los partidos, pero transformándose, más que nada, en un equipo molestísimo de visitante también. Su arquero tiró más a Champagne que a Sidra (?), su defensa se mostró fuerte, al igual que su mediocampo (sobre todo, a partir del despliegue de Leonardo Gil); no podemos no mencionar a la revelación: José Adolfo Valencia, que llegó en silencio y, mientras todos esperaban algo de Miralles (el otro refuerzo), el colombiano, que arrancó como suplente, empezó a aprovechar sus minutos y terminó mojando en 7 ocasiones. Así, los de Bahía Blanca terminaron salvándose con algunas fechas de anticipación. Merecida nueva estadía en primera.

Caruso lo hizo de nuevo. Con lo justo, salvó a Quilmes de un destino que parecía inexorable: el del Nacional B. Y lo hizo sólo sumando 3 unidades más que en el campeonato anterior, que había rozado lo pésimo. Recordemos que el Richard renunció como 8 veces (?), pero terminó quedándose para taparle la jeta a todos, una vez más. Porque la primera mitad del torneo del Cervecero fue mala. Pero remontó en la recta final, siendo beneficiado, además, por el flojísimo andar de los rivales directos. Muy pocas veces demostró jugar bien Quilmes, pero demostró mayor coraje y decisión en momentos en los que otros flaquearon.

Otro campeonato de mierda de Racing y van… Ya empieza a ser difícil de explicar cómo es que nunca desciende. Debe ser porque los grandes nunca descienden. O porque siempre hay alguien más malo. O porque este sistema de los promedios es una real bosta. Decididamente, nos quedamos con la opción “C”. Mostaza Merlo había metido un buen final de Torneo Inicial. No se sabe por qué, pero decidió no seguir por el camino que lo llevó a obtener los puntos que lo sacaron del fondo. Lo que hizo fue moldear un equipo paranoico, rácano, choto (?). Un claro ejemplo de ello fue ver el cambio de 180º que se vio en Bruno Zuculini. El ahora hombre del Manchester City había sido la gran figura en el torneo previo, siendo el goleador (!) del equipo. En este Final, jugó encadenado frente a la línea de fondo, casi no pisó el área, desaprovechando una de sus principales virtudes: aparecer por sorpresa (de hecho, no hizo ni un gol). Quien sí se hizo cargo (como pudo) fue Rodrigo De Paul, quien terminó siendo vendido antes de que finalice el torneo, al igual que Zucu. Con dirigentes como estos…

Llegamos al campeón: el River Plate de Ramón Ángel Díaz. No había sido bueno el arranque: derrotas en la tercera y cuarta fecha con Godoy Cruz y Colón, respectivamente, más otra dolorosa caída ante All Boys en la octava. A todo esto, sumémosle que el equipo había terminado antepenúltimo en el Inicial 2013. Hasta se llegó a dudar de la continuidad del riojano. Pero Ramón excluyó a Ponzio y a Fabbro y decidió seguir jugándosela fuerte por tipos criticados como Carlos Carbonero (terminó siendo el mejor jugador del equipo), a Lanzini, a Ledesma (que parecía entrar en el efecto Ponzio de “a la Selección, ídolo, no te vayas nunca” con pasajes ciclotímicos al “viniste a robar, andate ladrón, retirate, sos de Boca”), a Ariel Rojas, a Fernando Cavenaghi (el goleador con 8 tantos). Barovero, Maidana y Teo Gutiérrez también fueron figuras. Además, algo importantísimo: salvo los clavos de Emiliano Ferreyra y Menseguez, todos los que entraban, rendían óptimamente: Chichizola (fundamental ante Racing), Kranevitter (operetas periodísticas casi lo meten en la lista de 30 de Sabella, cosa que sí lograron con Mercado), Solari, Urribarri y Villalva. A partir de la fecha 10, luego del triunfo en La Bombonera, el trampolinazo (?) fue enorme: 6 ganados, 2 empatados y un perdido. Sí que fue un justo campeón el Millonario.

Rosario Central terminó redondeando una buena campaña. Esto teniendo en cuenta de que se trata de un recién ascendido. Pero si tenemos en cuenta los jugadores con los que cuenta, podría haber hecho un poco más. Fueron 26 puntos en el Inicial (7 ganados, 5 empatados y 7 perdidos) y 28 en el Final (7 ganados, 7 empatados y 5 perdidos). La mejoría es leve. Pero se trata de un equipo dirigido por Miguel Russo, que, en un partido te puede pintar la cara, y, en otro, puede perder inocentemente. Importante lo de Abreu, bueno lo de Caranta, destacable lo de Carrizo, sorpresivo (?) lo de Niell y lo de Acuña. Tiene equipo para más. Falta lograr ese equilibrio del cual carecen los equipos de uno de los DTs favoritos de Clo$$.

¿Qué decir de San Lorenzo, el campeón defensor? Se le fue rápido la mirada cuando pasó la Copa Libertadores de cerca. Muy cuestionado fue Bauza en un comienzo. Con el pasaje a semifinales de la Libertadores, todos se olvidaron. Pero lo cierto es que, de habérsela jugado un poquito más en el torneo local, el Ciclón hubiese, como mínimo, metido podio. Mucho equipo alternativo, mucha irregularidad: en el tramo final, ganó sólo uno, empatando y perdiendo 3, para terminar a 10 de River ¿Qué queda, entonces? Que Valdez respondió, que Matos se la bancó, que Fontanini tiene un torso desproporcionadamente mayor a lo que es el resto de su cuerpo (?), y la aparición de algunos chicos como Catalán y Quignon.

Qué buen laburo el de Alegre en Tigre. Adecuó casi perfectamente un sistema de juego de acuerdo a lo (poco) que tenía a disposición. Arrancó bien el campeonato, pero alguna que otra derrota, más una sucesión de empates, lo habrán desalentado a Alegre, que pensó en renunciar. Sus jugadores salieron a apoyarlo y terminaron plasmándolo en el campo de juego, al punto de alejar al Matador de los puestos de descenso. Para ello fue clave Matías Pérez García, uno de los mejores jugadores del campeonato (sin él, no sabemos si Tigre hubiese logrado el objetivo). Muy bien el arquero y muy bien también la defensa. Alternaron aportes Rusculleda, Wilchez y Peñalba, aunque en el medio, además del mencionado enganche, sorprendió (y mucho) Joaquín Arzura. Arriba, sólo se puede destacar la lucha de Nahuelpán, que jugó, generalmente, muy aislado (de hecho, los de Victoria fueron de los que menos goles hicieron).

Nos vamos con Vélez, el Harvey Dent de este Torneo Final (?) ¿Por qué? Porque arrancó como para comerse crudos a todos y, muchas veces, terminó atragantándose con un huesito. José Oscar Flores, el reemplazante de Gareca, metió 30 puntos en su primer torneo, producto de 9 victorias y 7 derrotas, siendo el equipo que más goles hizo (34, 6 más que el campeón) y uno de los que más recibió (comiéndose casi tantos goles como All Boys, Rafaela y Arsenal). Le ganó a equipos como Boca, Gimnasia (le hizo 5), Central (le clavó 4) y a Olimpo y a San Lorenzo como visitante. Pero también supo comerse 4 contra Newell’s, perdió ante equipos con muchos más problemas como Rafaela, Racing, Argentinos, Quilmes (los últimos tres, en forma consecutiva). Más clarito, echále agua (?). Paupérrimo el nivel de la defensa (sobre todo, en los laterales). Arriba, Lucas Pratto y Mauro Zárate (goleador del campeonato, con 13 tantos), cuando se lo propusieron, hicieron desastres. Estos últimos, bien escoltados por Agustín Allione, Héctor Canteros, Lucas Romero y Jorge Correa (una de las gratas apariciones).