La gallardeta mágica no se detiene y parece inaugurar una nueva era gloriosa de River que deja muy atrás en el recuerdo aquellos tiempos de ignominia. Boca también gana pero ni gusta ni golea, Independiente continúa por la senda del bien y Racing sigue siendo Racing. Esto y todo lo que pasó en la sexta lo tenés acá.

Pese a que los promedios siguen vigentes, la falta de presión dada por la inminencia de la lucha por los descensos se nota en las canchas del fútbol argentino. Sin declararnos en la panacea de lo lírico, los empates en cero parecieran haber pausado su trágico resurgir y las propuestas ofensivas tímidamente se dejan ver en los céspedes. Tal vez como homenaje al formato que se despide, tal vez como caricia a la incertidumbre de lo que acontece, creemos que se está jugando un poquito mejor al fútbol en la primera división, con algo más de osadía y dejando de lado, no sin cierta reticencia, ese acartonamiento tedioso de quien tiene mucho temor a perder que tanto daño le ha hecho al juego en las últimas temporadas. ¿Es hora de cantar victoria? No. ¿Cappa tenía razón? Tampoco, pero al menos podemos tímidamente atrevernos a decir que otro aire se respira en la Primera, un aire que esperemos el 2015 no se encargue de volverlo fétido e impuro. ¿Por qué tanta pelotudez para abrir un post de la fecha? Porque un promedio de dos goles por partido nos parece un número glorioso y digno de destacar. Entonces, ¿qué pasó este fin de semana? Esta es nuestra libre intepretación (?)

Luego de su choque ante Estudiantes por la Sudamericana, Gimnasia y Esgrima La Plata viajó a Santa Fe para visitar a Atlético Rafaela para abrir la sexta fecha del Transición al abismo. Tal vez cansado por el duelo entre semana, o diezmado por el peso de su propia historia en ese estadio, lo cierto es que el fantasma de Aldo Visconti sobrevoló el partido (?) ya que fue el local quien salió a proponer el juego y dispuso las acciones más concretas de gol, objetivo que de todas maneras pudo alcanzar recién a los 38′ del PT por intermedio de Albertengo mientras Capogrosso escuchaba el match en el stéreo del auto recibido por entregar aquel ascenso. Con el resultado en contra el conjunto platense salió un poco más decidido a empatar, hecho que generó espacios atrás y un buen marco de ida y vuela para hacer más entretenido el encuentro. ¿Lo pudo empatar el equipo de Troglio? Sí, pero su ineficacia la pagó muy caro y en una de las contras, Quiroga puso la mano para que Albertengo no marcase el segundo de su cuenta personal, regalando un penal que a fin de cuentas Royón capitalizaría en el último cuarto del ST para establecer el definitivo y merecido 2-0 para la crema que le sirve para levantarse anímicamente luego de la derrota en la fecha anterior.

Algo de lo que puede jactarse Segura es que en su gestión se está dando uno de los promedios más bajos de empates a cero en la primera división del fútbol argentino. Claro que los siempre opositores (?) Vélez y Newell’s hicieron todo lo posible por cagar la estadística el sábado por la tarde cuando se enfrentaron en un Amalfitani no pudo mostrar su habitual pleno de espectadores producto de la desleal competencia de Tony Hawk en los bosques de Palermo. Así pues, pese a que ambos elencos peleaban por la punta, regalaron un partido completamente aburrido, sin demasiadas emociones y llamado a ser olvidado prontamente. Tal vez empezó mejor el fortín, pero rápidamente se desinfló y dio lugar a la planicie futbolística que se extendió hasta el pitazo final, apenas azuzada por la salida por lesión de Pratto, por el inentendible gol que erró Martín Tonso y por el estirón de Ustari que le negó el baño de gloria y de macoña a Milton Caraglio.

Algo pasa con Belgrano pero no estamos dispuestos a analizar con profundidad este acontecimiento (?). De todas maneras sí podemos señalar que ese juego de antaño en donde el Pirata buscaba planchar el partido e ir firme a la contra, desesperando rivales y sumando con eficacia puntos en todas las canchas pareciera dar señales de alarmas. Tampoco para rasgarse las vestiduras y pedir la partida de Zielinski, no, aún no es tiempo, pero lo cierto es que lo mostrado ante Estudiantes dejó bastante que desear y no es la primera vez en lo que va de estas seis fechas. Esta vez el pincha salió con todo, mostrando que cuando quiere, cuando está convencido y con las ideas claras puede ser un equipo de temer. Raro también este irregular elenco de Pellegrino que atraviesa su existencia con una constante sensación de «ya pero todavía no». Con Auzqui y Román Martínez en gran nivel, el local logró enquilombar la defensa contraria ni bien comenzado el partido, aunque no fue lo suficientemente punzante como para no dejar de acomodar a su rival, aunque cuando esto ocurrió y el dominio mermó un poco, Lema la metió en su propio arco cagando todo el esfuerzo y regalándole a los platenses el 1-0 antes del fin del PT. En el complemento, más allá de los esfuerzos de Zielinski, Estudiantes continuó con su dominio del juego pero esta vez con la astucia suficiente como para trasladarlo al marcador por mérito propio como ocurrió con el golón de Román Martínez de taco a los 20 minutos afianzando una victoria que se transformaría en contundente con el gol de Cerutti veinte minutos más tarde. Los cordobeses tuvieron la oportunidad de descontar sobre el final gracias a Furch pero de poco y nada les sirvió el consuelo. Buen triunfo del León que llega entonado para la definición ante GELP por la Sudamericana y mala derrota de Belgrano, no sólo por el resultado sino por el bajo y preocupante desempeño mostrado en el césped.

El sábado por la noche era el turno de Independiente de mostrar que su lugar es la primera división y no el infame ascenso por el que hubo de transcurrir. Enfrente estaba el local Banfield quien anda un poco en la misma, en eso de mostrar credenciales para quedarse y que no lo deporte el bueno de Sergio Berni (?). Con la identidad del juego de Almeyda pidiendo turno en Abuelas para hacerse un ADN, salió el taladro a hacer lo que sabe ante los de Avellaneda que no tenían ganas de quedar como el que fue a ponerla y se acabó encima antes de sacarse los lompas, circunstancia que regaló un entretenido partido de ida y vuelta, vértigo y verticalidad. Tal vez el local estaba siendo un poco más merced al dominio del mediocampo hasta que el pelotudo de Prichoda le metió un tucumano hermoso y delesnable a la vez (?) a Rodrigo Gómez viendo la roja y dejando a su equipo con uno menos por más de la mitad del encuentro. Pese a la desigualdad, igual los dueños de casa supieron mantenerse firmes y amenazantes, pero la picardía y el talento necesarios para batir a Rodríguez no decían presente.

En el complemento, con los ingresos de Pisano y Pizzini los de Almirón pudieron hacer valer su hombre de más y quitarle la pelota a Banfield para de esta manera tener más acceso a su arco. No fue inesperado entonces que Federico Mancuello hiciera gala de su enorme momento personal a los 14 minutos para definir como los que saben en su llegada hasta Servio y poner el 0-1 para el delirio de la mitad de Avellaneda. El gol sacudió a los de Almeyda que salieron con convicción a encontrar el empate aunque su propósito no tuvo éxito producto de la ansiedad, el nerviosismo y la buena defensa visitante. Así fue que con el silbato del final, Independiente sumó cuarta victoria en seis encuentros y estira el buen momento luego de la gran victoria ante Racing. Banfield por su parte aún no logra afincarse en la primera, más allá de mostrar una interesante línea de juego y un proyecto propio que allende los resultados, parece no tener ganas de modificar y bienvenido que así sea.

El domingo abría su telón con el duelo que se disputaba en Rosario entre Rosario Central y San Lorenzo que buscaba recuperar algo de confianza y sumar de a tres puntos para salir del fondo de la tabla y confirmar si aún sigue con resaca libertadores o no. Por lo mostrado en casi todo el partido, el golpe post conquista todavía sigue. Bueno, para no ser reduccionistas y, más que nada, falaces, cabe decir que lo que le aqueja al Ciclón más que el efecto de relajación del triunfo, es la factura que debe pagar por hacer una pretemporada específica para cuatro partidos y haber perdido jugadores claves sin el tiempo suficiente para rearmar el equipo y permitirle asentarse. Así fue que el canalla pudo aprovecharse de esta circunstancia para rápidamente tomar el control de juego y llevar las acciones de un Torrico que se mostró en un gran nivel como viene acostumbrando en los últimos meses. No obstante, fue incapaz de tapar el cabezazo de Acevedo a los 30′ del PT que establecía un merecido 1-0, resultado que duró relativamente poco porque a segundos del inicio del entretiempo, los de Boedo llegaron por primera vez al arco contrario y Cavallaro la recibió muy solo dentro del área para poner el 1-1. Vale decir que el equipo de Russo intentó entrarle por todos lados a un endeble rival que mostró su mejor y única fortaleza en su arquero, hecho que valió para dejar el resultado pintado al final del partido, un empate a uno que no conforma a ninguno de los dos pero que, por la superioridad mostrada por los locales en cancha, terminó siendo negocio para los de Bauza.

Como para hacerle competencia al partido de básquet que jugaban Argentina y Brasil, Godoy Cruz y Defensa y Justicia se enfrentaban en Mendoza con la intención de meterle vértigo al match desde el primer minuto. Con los de Florencio Varela haciendo presión desde el arranque, los espacios para el ida y vuelta estaban entregados como Connie Ansaldi después de un saque. Claro que si están los espacios pero el poder de definición de cara al arco es inexistente, los goles van a brillar por su ausencia como ocurrió en el primer tiempo en donde el local estrelló dos pelotas en los palos y se perdió una situación de forma inverosímil en la cabeza de Burgos. Pero un encuentro con dos equipos que decidieron ser ofensivos no podía terminar en un abúlico empate y así fue que la justicia se hizo presente en el primer minuto cuando el Tomba llegó al gol por intermedio de Sergio López luego de un centro preciso de Daniel González. Los de Franco sintieron el impacto pero no se dejaron vencer por él por lo que mantuvieron su actitud de ir adelante, acompañada por la decisión del DT de meter cambios aún más ofensivos que terminaron cosechando su fruto con el empate que estableció Julio Rodríguez luego de capitalizar un rebote de Moyano. Pese a que restaban aún unos minutos, el desgaste sufrido por ambos equipos mostró sus consecuencias dejando el partido igualado, un resultado acorde a lo propuesto por los protagonistas.

A Racing no hay coaching ontológico que lo salve. Lo que pasa una y otra vez con el conjunto de Avellaneda parece salir del libreto de alguna película de Chaplin; si el golpe por la derrota contra Independiente había sido durísimo, el traspié ante Lanús y como local fue lo que faltaba para terminar de prender todas las alarmas del mundo Racing. Lo peor de todo es que la nueva moda ahora es trasladar esa lógica de ilusión-derrota-desasosiego que acontece en las temporadas en el transcurso del partido: como en la fecha anterior, los de Cocca empezaron ganando e ilusionando con un buen andar colectivo; Centurión al minuto de juego la mandó a guardar y el universo parecía ordenarse en función del deseo racinguista. Pero el universo es jodido decía Stephen Hawking mientras le limpiaban el culo, ya que tras la ausencia de Milito, a los 19′ del PT el que tuvo que salir por lesión fue Hauche de buen rendimiento hasta allí y pieza fundamental para el funcionamiento del ataque. Creer o reventar (?) a partir de allí el granate comenzó a crecer y a igualar las acciones de juego aunque sin la ayuda de Merlos tal vez no hubiese llegado a la igualdad porque fue el árbitro que cobró un penal discutidísimo para darle la oportunidad a Romero que despliegue su clase al ejecutarlo y así igualar el marcado a falta de diez minutos para el entretiempo. Como si el cimbronazo no se hubiese sentido en el Cilindro, a los 44 de la primera etapa Diego González puso el 1-2 con un certero remate que levantó murmullos, insultos y todo tipo de vituperios para con el pobre (?) de Cocca.

En el complemento la Academia salió con el ímpetu necesario para torcer la historia, pero la vida se les volvió a cagar de risa en la cara: entre la carencia total de ideas y un seguro Marchesín, el segundo gol de Racing no iba a llegar en la puta vida. Lo que si llegó fue el tercero del grana otra vez por obra y gracia de Romero que en una contra letal puso el 1-3 lapidario que se completaría por la expulsión de Centurión por doble amarilla. Panorama negro para los de Avellaneda que ahora tienen tres jugadores importantes afuera, una hinchada enfurecida antes de que llegue la mitad del torneo y un técnico que en sólo seis partidos hizo todo el esfuerzo para ganarse el odio colectivo… ah y a siete unidades de la punta.

El River de Gallardo no para de romper culos por doquier. Con buen juego colectivo, con actuaciones individuales destacadas y un espíritu renovado, el millonario se destaca en un medio donde el buen fútbol no abunda y, hoy por hoy, no pareciera que alguien pudiera pelearle el bicampeonato. Es pronto, falta mucho, pero el nivel está siendo muy superior a la media y los de Núñez tienen con qué ilusionarse. La víctima de turno fue Tigre que ya sin Alegre y con Alfaro arreglado iba al Monumental con la mente puesta en cortarle la histórica (?) racha al conjunto del muñeco y levantar este andar irregular mostrado en el último tiempo. Sin embargo poco pudo hacer ante un local que siguió mostrando todo lo bueno que viene haciendo desde el inicio del Transición hasta acá: pressing alto, relevos, funcionamiento colectivo coordinado, pases cortos al hombre desmarcado y talento individual aplicado en el momento oportuno en función de lo grupal. Esta vez al que le tocó ponerse el traje de crack fue al uruguayo Mora que debiendo reemplazar a Teo Gutiérrez, se las ingenió para ser punta de lanza de la ofensiva riverplatense. Locos volvió a los de Victoria con sus llegadas y fue el merecido autor de los goles del partido: a los 34′ del PT definiendo una jugada de 14 pases previos y a los 2′ del ST luego de una combinación entre Pisculichi y Rojas.

A partir de allí el local sacó un poco el pie del acelerador aunque no dejó de insistir, sólo que Javi García se lució lo suficiente como para no llevarse el ojete en flor una goleada de su visita por el Monumental, hecho que conformó a la visita que apenas si le vio la cara a Barovero y que resumió su partido en la patada impotente de Galmarini sobre Vangioni que le valió la expulsión. De esta forma, River llegó a los 16 puntos, siendo puntero único a tres de Vélez y manteniendo el invicto y un pasar de gran nivel que se solventa, en gran medida, por el momento superlativo por el que atraviesan algunos de sus jugadores como Sánchez, Rojas y Kranevitter. ¿Mantendrá esta tónica o mermará el rendimiento con el correr de las fechas? No podemos predecirlo, pero todo parece estar predispuesto para que la gloria sea alcanzada una vez más.

Para cerrar el domingo, este nuevo Boca de Arruabarrena exponía su invicto de dos partidos (!) ante Olimpo en Bahía Blanca, lugar de donde se trajo un importante triunfo que tuvo que sufrir más de la cuenta y no porque el rival fuese accesible, si no porque contó con un jugador menos casi desde el arranque del partido por la expulsión pelotuda de Borja. Sin embargo, casi resignando la posibilidad de marcar algún gol, los bahienses se cerraron bien atrás y buscaron por todos los medios volver imperceptible la carencia de un hombre, bloqueando el juego ofensivo del xeneize y «planchando» el encuentro. Tal vez Arruabarrena podría haber arriesgado un poco más, pero no quiso exponerse a una contra letal del colombiano Cuero aunque en el segundo tiempo mandó a la cancha al Burrito Martínez y a Calleri para ver si podían torcer la historia y encontrar alguna grieta en la férrea defensa local. No obstante ello, quienes sí pudieron hacerlo fueron dos que ya estaban en el campo de juego; Fernando Gago dibujó un centro frontal milimétrico para cabeza de Gigliotti quien aprovechando la impecable asistencia de su compañero pudo poner el 0-1 a los 33′ del ST, tanto con el que prácticamente se definía el partido dado lo cerrado que se mostró este. De hecho así fue porque a Olimpo el libreto sólo le ordenaba cuidar el cero y cuando se vio forzado a buscar el gol se quedó sin argumentos; para colmo de males se quedó con nueve jugadores por la expulsión de Sills por doble amarilla. De esta manera, Boca reivindica su recuperación aunque lejos se mostró de dar un salto de calidad en el juego y en el funcionamiento general. Por lo menos se lo ve mucho más afianzado atrás y ordenado en el mediocampo gracias al excelente nivel que está mostrando el ex Colón, César Meli, pero más allá de sus falencias esta vez la efectividad en una sola ocasión fue el elemento necesario para festejar una nueva derrota que aleja momentáneamente viejos fantasmas.

Cierran la fecha:

Lunes:

20.30 Quilmes – Arsenal

GOLES DE LA FECHA

PRÓXIMA FECHA

Boca Juniors – Racing Club
Newell’s – Olimpo
Belgrano – Vélez
Atl Rafaela – Estudiantes LP
Gimnasia LP – Def y Justicia
San Lorenzo – Godoy Cruz
Tigre – Rosario Central
Arsenal – River Plate
Independiente – Quilmes
Lanús – Banfield