El arte y el fútbol

Los últimos días adquirí un libro -”Usted no me lo va a creer”- de un escritor rosarino tan querido por muchos visitantes de este blog. Hablo, por supuesto, de Roberto Fontanarrosa. Y entre los cuentos del libro, hay uno de fútbol -algo clásico del autor- titulado: “Viejo con árbol”.

Antes de contar de que trata el cuento, quería comentar que luego de leerlo me vino a la mente un comentario del colega Perplatado, en la que se refiere a la distinción entre fútbol y arte. Una opinión totalmente respetable y que además tiene fundamento y es verdadera: porque en el sentido estricto el fútbol es un deporte.

A continuación, voy a ofrecer a modo de obsequio algunos extractos del cuento para ver como el protagonista afirma que algunos aspectos del fútbol están emparentados con el arte.

… Observe, observe esa carrera intensa entre el delantero de ellos y el cuatro nuestro. El salto al unísono, el giro en el aire, la voltereta elástica, el braceo amplio en busca del equilibrio… Bueno… Eso, es la danza.

(…)

Y vea usted a ese delantero… -señaló, ahora el viejo, casi metiéndose en la cancha, algo más alterado-… ese delantero de ellos que se revuelca por el suelo como si lo hubiese picado una tarántula, mesándose exageradamente los cabellos, distorsionando el rostro, bramando falsamente de dolor, reclamando histriónicamente justicia… Bueno… Eso, es el teatro.

(…)

-¿Cobró penal? -abrió los ojos el viejo, incrédulo. Dio un paso al frente, metiéndose apenas en la cancha-. ¿Qué cobrás? -gritó después, desaforado-. ¿Qué cobrás, referí y la reputísima madre que te reparió?
El Soda lo miró atónito. Ante el grito del viejo parecía haberse olvidado repentinamente del penal injusto, de la derrota inminente y del mismo calor. El viejo estaba lívido mirando al área, pero enseguida se volvió hacia el Soda tratando de recomponerse, algo confuso, incómodo.
-… ¿Y eso? -se atrevió a preguntarle el Soda, señalándolo.
-Y eso… -vaciló el viejo, tocándose levemente la gorra-… Eso es el fútbol.

Extracto de “Viejo con árbol”, de Roberto Fontanarrosa
en Usted no me lo va a creer (2003).

La discusión del fútbol y el arte es bien propia de una charla de café -un café al estilo del de Homero Manzi, por ejemplo- y en la que nunca se llega a una conclusión certera.

Me pareció oportuno hablar sobre este tema al que Menotti le ha dedicado tanto y que es tan abstracto como la democracia (?).


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