Recorrida, Mundial a Mundial. Historias del corazón (?) que se van multiplicando y nos van entregando a un zainete de emociones que significaron más que un simple tanto en el marcador. Hoy, una sorpresota.

GolPak

En camisa de once varas nos meteremos (?) para tratar de explicar un fenómeno que, aun hoy día, a veces no parece cierto y otras tantas está exagerado. La aventura de hablar de Corea del Norte y su historia es, cuanto menos, una empresa complicadísima. Porque más allá de las variopintas anedas (?) que cada uno pueda tener de aquella intrigante nación (?), hay bastante fardo como para cortar y darle de comer a un par de caballos largos.

Después de la WWII, quedó la república de Corea en conflicto: la ocupación china derivó en una grieta programada (?) en el paralelo 38. De ahí para arriba, China; para abajo, Estados Unidos. La tensión se fue al carajo cuando, em 1950, los del Norte pasaron el paralelo sin avisar (?) y se armó una guerra que duró 3 años. Llegó a su fin al firmar el armisticio los voluntarios de Corea del Norte y China por un lado y los de Estados Unidos y la República por el otro, en el predio que la ONU poosee en la zona desmitalirizada (?). Desde 1948 hasta 1994, el año de su muerte, el gobierno estuvo a cargo de Kim Il Sung, padre de Kim Jong Ill (presidente hasta 2011) y abuelo de Kim Jong-un (presidente actual). De todas formas, el Nono fue declarado presidente eterno (!).

EjercitoNorcoreano

Como nos copa entrar en redundancias (?), el bloqueo económico de Estados Unidos, sumado al COCOM (que más tarde sería el Acuerdo de Wassenaar) prácticamente los aisló del mundo. Su única conexión con el resto era el deporte y,como suele suceder, aquel salvoconducto servía para que el gobierno mostrara un país hiper desarrollado en esas materias de la vida sana y todas esas pelotudeces (?) y, al mismo tiempo, todos aquellos que abandonaban el territorio aprovecharían para tomarse el palo años después, ansiosos de probar el sabor de la libertad condensado en un Big Mac (?). Si hoy día, las imágenes de Corea del Norte no nos aclaran si se trata de la realidad o de los outtakes de Cha Cha Cha, tratemos de pensar qué se podía esperar en 1966.

En definitiva, meter a Corea del Norte en cualquier lado era un quilombo, como tratar de ubicar a un pibe en un secundario después de 3 expulsiones. La FIFA, para colmo, había establecido un sistema rarísimo de eliminatorias para el Mundial de 1966: en el grupo estaban Corea del Norte, Corea del Sur, Sudáfrica (!) y Australia (!!). Originalmente, se iba a jugar en Japón, pero como la diplomacia no era el metier de los muchachos, nadie los aceptaba. Ahí terció el amigazo (?) Norodom Sihanouk, jefe de estado de Camboya y aliado de Kim Il Sung, quien ofreció gentilmente el estadio en Phnom Penh para que allí se pudiera jugar el mini certámen. Ahora bien, Sudáfrica estaba banneada de toda competición o actividad humana (?), puesto que el temita este del Apartheid tenía a maltraer al mundo entero y los pelotudos se lo tomaron para la mierda (?). Un equipo menos, entonces. Corea del Sur, al ver que se iba a jugar en una ciudad no afín a sus intereses o ideología política, decidió tomarse el palo y quedarse en su país antes que ir a que se las hagan caber a los ojos de todo el mundo en un ambiente enrarecido. Quedó Australia, que por aquel entonces no era más que Carlos Casares (?). Corea del Norte triunfó en los dos partidos: en el primero (jugado el 21 de noviembre de 1965) goleó por 6 a 1. El segundo se disputó 3 días después y fue un nuevo triunfo norcoreano, esta vez por 3 a 1. Entonces tenían que esperar a jugar un round final que vendría de los copones (?) que saldrían de los choques entre las selecciones africanas. Pero como las eliminatorias les quedaban en la loma del ojete, ninguna selección de dicho continente se presentó. Abandono total. A la FIFA no le quedó otra que mandar a Corea del Norte al Mundial, casi por descarte.

GanoCorea

Antes de partir a la Copa, el combinado fue a una audiencia con «El Gran Líder», Kim Il Sung. El mismo les dijo amablemente (?) que las naciones europeas y sudamericanas dominaban el fútbol y ellos eran los únicos representante de la zona de África y Asia. Por lo tanto, esperaba que al menos ganaran un partido o dos. El sorteo los mandó al Grupo 4, junto a la Unión Soviética (que contaba con el gran Lev Yashin en el arco), Chile (con un nóvel Elías Figueroa) e Italia. Claramente, los tanos eran los favoritos a pasar de ronda, dado el enorme caudal de talento que tenían en su plantel: Facchetti, Albertosi, Mazzola, Gigi Meroni y Gianni Rivera, entre otros. Qué decir, además, cuando en la primera fecha los soviéticos le pasaron el trapo a los norcoreanos por 3 a 0 y los tanos derrotaron a Chile por 2 a 0. Los rusos derrotaron a Italia en la segunda fecha, mientras que Chile repartió puntos y goles 1 a 1. El último partido del grupo no se jugaba en forma simultánea. Entonces, una victoria ponía automáticamente a Italia en la segunda ronda. Si empataban, debían esperar el resultado entre rusos y chilenos.

19 de julio de 1966, estadio de Ayresome Park, Middlesbrough. 18 mil espectadores que iban a presenciar la faena de la Italia de las Superestrellas, un equipo armado alrededor del Inter multicampeón, frente a un combinado de amateurs de ojitos rasgados que habían llamado la atención de todos por ser tan pequeñitos, al punto de que los habían descripto como un equipo de jockeys. Y así arrancó Italia, avasallante, tratando de llevarse por delante a un equipo que estaba en evidente desventaja física y deportiva. Después de tres grandísimas atajadas del arquerito Ri Chan Myong, el fantasma del fisura (?) Helenio Herrera apareció por Ayresome Park. Años más tarde, el guardameta confesó: «Atrás mío, el arco parecía enorme. Pero detrás de la línea estaba nuestro país. Y si me convertían, la reputación de Corea del Norte caería. Nosotros, entonces, estaríamos fracasando en la tarea que nos encomendó el Gran Líder». En medio de esa diarrea itálica (?), al minuto 40 llega un remate de Pak Doo Ik, un comandante del ejército norcoreano, que se le mete a Albertosi. Gol de Corea del Norte. Estupor en todo el estadio. Fue tal el golpe para los azzurri que los nervios los comieron y terminaron perdiendo el partido que no se podía perder de ninguna forma. Hasta el día de hoy, quizás, la sorpresa más grande en la historia de los Mundiales.

Después del incidente de Pak, Italia volvió a casa recibiendo una tomatina putrefacta que aun hoy recuerdan. La suerte de Corea del Norte no fue acompañada: en los cuartos de final perdió 5 a 3 con Portugal luego de haber ido 3 a 0 arriba. En una mágica tarde de Eusebio se gestó uno de los mejores partidos en la historia de la competición. Cuando llegaron a casa, . Por un par de semanas, en 1966, Pak Doo Ik fue el jugador de fútbol más famoso del mundo. El David del Goliat futbolístico (?). Tras la eliminación, fueron todos condecorados como «Atletas del pueblo norcoreano», el honor más alto al que un deportista de Corea del Norte puede aspirar.

Tras su regreso, se tejieron mil versiones sobre la suerte que corrieron los players. Uno los sindicaba a los muchachos en cana porque a la vuelta se la habían pegado grosso con minas y escabio. Otro, un tanto más cruento, los ponía como chivo expiatorio de intentos de fuga de otros deportistas en ocasión de los JJOO de 1972, en Alemania Federal. Varios opositores al régimen han dado cuenta de que aquella mancada ante Portugal, años después fue considerada poco menos que una traición a la patria y fueron enviados como prisioneros políticos a trabajar al campo y en las minas. Kang Cheol Hwan, un ex prisionero político que hoy se desempeña como periodista en Corea del Sur, asegura haber visto a Park Seong Jin en el campamento Joduk, por ejemplo.

Coreaenvejece

Y la suerte de Pak Doo Ik no fue esquiva, tampoco. Al parecer, fue enviado a trabajar el campo por 10 años en el distrito de Bocheon, provincia de Yangkang. En los años ’90 fue nombrado director del Comité Atlético de la provincia y años más tarde le fue permitido volver a Pyongyang, donde se desempeñó como director técnico de todas las Selecciones de fútbol del país, más ser el encargado del estadio 1ro de mayo, el más importante.

En el año 2002 el documentalista inglés Daniel Gordon fue el primer extranjero al que se le permitió ingresar a Corea del Norte. ¿Su propósito? Filmar un documental sobre aquellos héroes anónimos (?) del ’66. Además, los llevó a Ayrsome, para recrear aquel momento único en la historia del fútbol. Varios homenajes les fueron tributados en la estadía inglesa. El documental se llamó «The Game of Their Lives» y fue aclamado en múltiples festivales de cine alrededor de todo el mundo. Aquí el trailer:

Entregas anteriores:

Sparwasser a Alemania Federal (1974)Gaetjens a Inglaterra (1950)Freddy Rincón a Alemania (1990)Leónidas a Polonia (1938)


332 Comentarios

No hay comentarios nuevos

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.