No hay caso, che. Nadie se decide a ir por la corona. Parece que hay miedo a tocar la punta. Más vale estar cerquita, por las dudas. Va a estar peleado hasta el final este torneo. Y lo ganará quien muestre más empeño para no equivocarse.
Belgrano le propinó otra derrota a River, de esas que te dejan con la sangre en el ojo. No necesitó de encapuchados ni de Juan Manuel Díaz (?). Entre Barovero y el línea dejaron a River sin punta.
Volvió a perder Boca, Colón sigue en la punta, pero… cómo viene River, eh. En lo que fue, quizás, su mejor producción, derrotó a Newell’s y le sopla la nuca a un líder que siempre está al borde de la patinada.
Ganaba River. Lo empató Riquelme, quien salió para la ovación (¿su último superclásico?). Al toque, vacunó un Funes Mori (!), desatando innecesarias lágrimas en el DT Xeneize.
Ganó River. De todas maneras, no hay lugar para festejos: ya empiezan a tensarse músculos, rechinar dientes, fruncir upites. Se viene el superclásico con Boca (que volvió a defraudar) y poco importa cómo se llegue.
La sexta fecha reflejó las diferentes realidades de todos los equipos, marcando una polarización interesante, aunque con algunas zonas grises que emparejan la situación aleatoriamente. Con todo el color de LR! (?), las alternativas se pueden vivir desde aquí.
En un partido postergado e influenciado enormemente por las lluvias, Colón se llevó un triunfo tan valioso como inmerecido y agónico. Fue 2 a 1 con goles de Rivarola, igualdad de Parra (cuándo no) de cabeza, y sobre el final de Nieto tras una jugada de Fuertes.