¿Cuántas veces los futboleros del Interior reclamamos que los títulos de las ligas regionales tengan una valoración mayor en el escenario deportivo nacional? Hoy vamos a repasar y a hacerle justicia a la historia del Belgrano de las décadas del 40/50.
El fútbol llegó a Córdoba, como a toda la Argentina de la mano de los empleados ferroviarios en la época de la presidencia de Sarmiento. Los “ingleses locos” les decían, y despuntaban el vicio todas las tardes en el llamado “barrio inglés”. En 1882, aquellos aficionados al nuevo deporte fundaron el Córdoba Athletic, el primer club de fútbol de la provincia mediterránea. Con el tiempo, comenzaron a jugarse partidos amistosos y campeonatos reducidos en los cuales participaban casi siempre los mismos empleados del ferrocarril.
Las competiciones oficiales comenzaron a disputarse en el año 1902, manteniendo un carácter estrictamente amateur. En 1913, la “Federación Cordobesa de Fútbol” creó una liga organizada, teniendo como miembros fundadores a los clubes Agronomía, Atlético Argentino, Belgrano, Colegio Nacional, Córdoba Athletic, Córdoba Central, General Paz Juniors, Olímpico Infantil, Peñarol, San Isidro, San Martín y Sud Americano. Cinco años después, la entidad cambió su nombre por “Liga Cordobesa de Fútbol”, y en 1933, siguiendo la tendencia de otras ligas y asociaciones del país, adoptó oficialmente el profesionalismo.
Nuestro homenajeado el día de hoy se funda el 19 de marzo de 1905, a la sombra de un algarrobo, según cuenta la leyenda(?). Los fundadores del club son un grupo de purretes, que despuntaban el vicio del fútbol y querían organizarse para poder competir contra los otros equipos de la ciudad. “Caseros”, “Organización Nacional”(!) y “27 de Abril” fueron los nombres que debieron competir con el del prócer en la discusión de chiquilines que terminó por ser algo así como el acto fundacional del club, dos años antes de rubricar con las formalidades de la ley a la nueva entidad. Arturo Orgaz, por entonces con 14 años, hizo partícipe a su padre como mediador en la elección del nombre y fue éste quien les propuso el nombre del creador de la bandera. La aprobación fue inmediata, al igual que la designación del inquieto Orgaz como primer presidente.
Así fue como surgió el Club Atlético General Belgrano, que durante 1903 y 1904 sólo disputó partidos contra otros equipos de barrio, hasta ingresar a la Liga Cordobesa con un equipo de menores en 1905. Belgrano jugó su primer partido contra Nacional, disputándose como trofeo 11 botellas de gaseosas(!). Los celestes ganaron 2 a 1, pero al final del cotejo se suscitó una discusión entre los jugadores, con intercambio de golpes y que terminó en una tángana que podemos imaginar épica.
El partido más importante de la historia del club fue cuando nos mandaron al descenso se enteraron que en Nueva Córdoba existía una entidad que llevaba el mismo nombre, lo que los llevó a un desafío para conservar la denominación. No existía por entonces una reglamentación que les impidiese no convivir llamándose de la misma manera, pero en un “pacto de caballeros” quedó firmado el acuerdo: el ganador de un partido entre ambos se quedaría con el nombre. Ganaron los del Barrio Alberdi por 2 a 1 y por eso los conocemos de esta manera.
Luego, el paso del tiempo y el incipiente crecimiento de la ciudad obligó a los jóvenes a trasladarse a la quinta Santa Ana, lugar donde hoy se encuentra el estadio Julio César Villagra, conocido como Gigante de Alberdi. Lejos de estar vinculado al Ferrocarril o a la Universidad, el origen el Club Atlético Belgrano siempre estuvo íntimamente ligado a la cultura barrial, motivo por el cual la institución posee una fuerte identidad y un gran arraigo popular.
Vamos a lo que nos compete. Entre 1940 y 1957 Belgrano consigue 14 títulos oficiales en una época dorada para el fútbol de córdoba. A principios y mediados de la década del 40 no había una gran regularidad, aunque se sucedían títulos. Los jugadores de mayor nivel en este período (Nota de LR!: Entre paréntesis van algunos de los apodos que no tienen desperdicio) fueron los arqueros Manuel Hayipantelli, Orlando Ferrari y Augusto Marcelino Fumero; los defensores: Renato Restelli, José Luis Bascoechea, Alfredo Baltazar Mercado (El Potro), los mediocampistas: Elizendo Altamirano (Boquita), Rodolfo Restituto Britos, Lorenzo Javier Cuello (Botín Serio), Anacleto Peanno, Tomás Eduardo Olmedo (La Conga), Hipólito Ramírez (El Polo), César Carvajal, Enrique García y los delanteros: Salas (Cara de Hombre(!!!!!)), Jacinto Carballo (La Chancha), Amable Rubén López, Oscar Nicolás Peralta (La Mona).
Un hecho a recalcar en ésta década fue que el Gigante de Alberdi fue el primer estadio de Córdoba con iluminación artificial, ya que en 1945 estrenó luces. Para eso, jugaron un amistoso con Newells, que terminó en un empate a cero. La fiesta fue tremenda y a partir de ahí se comenzaron a jugar más partidos en las noches de verano, con una gran afluencia de público.
En la temporada de 1947 se terminó conformando la mejor delantera que tuvo Belgrano a través de toda su historia. Estuvo integrada por Héctor Carrizo (La Cartuchera), Justo Aníbal Coria (El Maestro), Oscar Nicolás Peralta (La Mona), Dardo Lucero (El Dardo) y Francisco García (Paquito). Durante cinco años brillaron y deslumbraron a todo el país en los amistosos que jugaban fuera de Córdoba. Eran unos tipos con técnica fuera de serie, con un entendimiento del juego y de sus compañeros que hacía que el juego de la “B” fascinara. Las notas de la época solo muestran palabras de elogio. Por eso era que lo llamaban el “Quinteto de Oro”.
En ese 1947 se produjo la goleada más grande de la Historia del clásico cordobés. En la primer fecha del Campeonato Preparación, Talleres que venía envalentonado luego de haberle ganado a Boca en un amistoso, se encontraba perdiendo luego de un primer tiempo que imaginamos glorioso 5 a 3. El joven Peralta dirigía al equipo de Alberdi en una actuación consagratoria y Talleres encima se quedaba con uno menos al empezar la segunda mitad. Desde ahí en más no hubo más equivalencias y el partido terminó en un aplastante 9 a 4 que dificilmente sea equiparado. La fiesta en la ciudad afirman que duró días después del partido.
En la década de 1950 Belgrano obtiene seis campeonatos oficiales más, 1950-52-54-55-56-57. Con la salvedad que el obtenido en 1956 no fue en la Liga Cordobesa, sino en la Unión Cordobesa de Fútbol que a raíz de una escisión que hubo ese año en el fútbol cordobés. Los jugadores destacados fueron los arqueros Sergio Elbio García (La Porposa), Ricardo Jorge Navarro (La Loca), padre del M*n* N*v*rr* M*nt*y*; los defensores Francisco Fuentes, Agustín Ambrosich, Oscar Rodríguez, Raúl Hipólito Arraigada (El Pucho) y los delanteros: Luis Gómez, José Oyola (El Sapito), Daniel Bernabeu, Hugo Gómez, Miguel Antonio Juárez (el Gitano), Osvaldo Aliendro, Antonio García (El Ñoño).
Después del 57 a Belgrano le tocarían tiempos de vacas flacas, pero el futbol ofensivo llevado a cabo por el “Quinteto de Oro” quedó grabado para la historia y hoy lo desempolvamos para un justo homenaje.
Agradecemos a los amigos que colaboraron en ésta edición: Juan Rueda, Nico Pereyra y Juan Manuel del Campillo del blog A Lo Belgrano.
RITANOSI
HERMOSO LOS COMENTARIOS , PERO ES UNA LASTIMA QUE CORDOBA Y MAS AUN EL CLUB BELGRANO, SE OLVIDARON DE LA MEJOR DELANTERA DE TODOS LOS TIEMPOS…
Tauber Luis
Yo tuve la suerte de tener como tecnico a Agustin Ambrosich en Union de Oncativo y a Osvaldo Aliendro como compañero de equipo y tambien como tecnico.Los dos fueron excelentes dentro del futbol y tambien como personas, ya que transmitieron toda su experiencia y sus conocimientos.