Como todavía no se ha cerrado el mercado en Europa, no podemos escribir acerca de ello. Y como no sabemos de qué carajos escribir, veremos qué tanto les han resultado (por ahora) las inversiones que habían hecho los grandes europeos a principios de temporada. Y bueno, es esto o ver La Nave de Marley.

Arrancamos por la liga que más mueve en el mercado. Hablamos de la Premier League. Y, para hablar del fútbol inglés, tenemos que empezar por sus principales contendientes al día de hoy. El Arsenal, puntero del campeonato, no necesitó de demasiada renovación: Wenger decidió arreglarse con lo que tenía, y sumar a un viejo conocido y a un jugador de nivel. El primero es Mathieu Flamini, que llegó libre desde el Milan y que, como siempre, sin descollar, le rinde al entrenador francés. El otro es Mesut Özil, por el que los Gunners abonaron 50 palos al Real Madrid. El llegada del crack germano le devolvió algo de esa mística ganadora de las épocas de Henry y cía. Claramente, su llegada elevó el nivel de muchos de sus compañeros. Su rápida adaptación, más su inmensa calidad le dieron al Arsenal el protagonismo que hace rato venían buscando. Puede que terminen la temporada sin ningún título, pero aquel mercado sí que fue fructífero para los Gunners.

Lo del Chelsea y del Manchester City ha sido diferente, más bien del estilo «qué vivos, así cualquiera». Por un lado, los jeques, para variar, le dieron todos los gustos a Pellegrini, entrenador al que estrenaban. Desde España llegaron Jesús Navas, Álvaro Negredo y Martín Demichelis. El primero de ellos, adquirido por casi 18 millones, llegó con muchas dudas, ya que nunca había salido de Sevilla -de hecho, tenía ataques de pánico cada vez que abandonaba su silla (?)-. El segundo, también llegado dese Andalucía, valió 23 palos. Mientras que el ex River es un paquete cayó medio de prepo a causa de una epidemia de lesiones, siendo comprado al Atlético de Madrid a cambio de poco más de 4 millones de euros (vale aclarar que Demichelis recién llegaba al Aleti y ni siquiera llegó a debutar). Dejando de lado al defensor central, que viene jugando, pero que le está costando un poco adaptarse, lo de los hombres del seleccionado español viene siendo brillante: Navas se ganó un lugar instantáneamente en el equipo inicial e hizo que se dejen de joder con Milner, uno de los tantos Patitos Rodríguez ingleses (?); Negredo, directamente, fue elegido como el mejor fichaje del fútbol inglés, pese a haber arrancado por detrás de Dzeko, al cual ya empieza a desplazar a base de goles y buenas actuaciones. Pero eso no fue todo para los Citizens, de billetera suelta en estos últimos años, que desembolsaron más de 25 millones de libras para quedarse con Stevan Jovetic, de la Fiorentina. Por el momento, el montenegrino no pudo hacer mucho como para reintegrar algo de lo invertido: un puñado de partidos en un nivel discreto y bastantes lesiones. Hay que darle continuidad. Lo que sorprendió, en su momento, fue la contratación de Fernandinho, ex Shakhtar, que salió casi 40 millones de euros. Se trataba de un tipo que está llegando a los 30 años, que venía de Ucrania, y que casi no tenía rodaje con la selección brasileña. Bueno, lo de este volante mixto ha sido excelente hasta aquí: se complementa de maravilla con Yaya Toure, y ha rendido tanto de 5 como de 10. Punto para el Ingeniero aquí.

Mourinho, al que no le ha faltado nada en cada club en el que estuvo, no escatimó en manguearle jugadores a Abramovich que, como casi siempre, cumplió. Entre otros players, como el ghanés Atsu y el chileno Cuevas (a los que mandó rápidamente al Vitesse holandés a foguearse), Mou se quedó con jugadores como Marco van Ginkel, Samuel Eto’o y Willian. El holandés, justamente comprado al Vitesse en casi 10 millones, jugó poco y nada porque se rompió los ligamentos de la rodilla al comienzo de la campaña. Los otros dos fueron adquiridos en la liquidación del Anzhi: el camerunés llegó en condición de libre, mientras que el brasileño fue pagado en 35 palos. El ex Barcelona arrancó como para competir con Torres a ver cuál de los dos hacía menos goles. Pero cuando ya empezaban a caer las críticas, Eto’o le clavó tres pepas al Manchester United en Stamford Bridge y se ganó un poco de crédito. Lo del ex Corinthians fue algo similar a lo de Fernandinho (con quien anduvo por el Shalhtar): no se tenían muchas referencias de él y no tenía mucho historial con la Verdeamarelha. A diferencia del hombre del City, a este porrudo (?) volante le costó bastante adaptarse al fútbol inglés. Pero su rendimiento viene en alza y parece que va camino a devolver poco a poco lo que se pagó por él.

El que está metiendo una gran temporada es el Liverpool, aunque poco tienen que ver los jugadores que trajo, sino más bien es impulsado por las figuras a las que supo retener. El mejor fichaje, sin dudas, fue el de Simon Mignolet, que llegó desde el Sunderland a cambio de más de 10 millones de libras y que demostró ser un arquero mucho más confiable que Reina. Después, llegaron buenos defensores como el experimentado Kolo Toure (libre desde el Manchester City) y el prometedor Mamdou Sakho, que le costó a los Reds 19 palos y que todavía no se ha asentado definitivamente: no es fija en el once inicial y, para colmo, Rodgers a veces lo pone de 3. Pero la mística rafabeniteziana (?) sigue vigente en Anfield: el Liverpool se trajo a dos españoles innecesarios, llamados Iago Aspas y Luis Alberto. El primero, llegado del Celta, costó 9 palos y arrancó como titular, pero se cayó a pedazos rápidamente y dejó un olor a clavo un tanto fuerte. El otro, de currículum dudoso, llegó desde el Sevilla por casi 7 millones de libras. Todavía no sabemos de qué jugea (?). Por ahora, jugó poco y demostró menos. Y no nos olvidemos de Tiago Ilori, que llegó desde el Sporting portugués por la misma cantidad que se desembolsó por Luis Alberto. Lo llamativo es que este central luso nacido en Inglaterra no jugó ni un partido y ya fue prestado al Granada español.

Complicado es lo del Manchester United, que arrancó su primer temporada en mucho tiempo sin Alex Ferguson como DT. Moyes apostó a no cambiar mucho las cosas: se deshizo de pocos jugadores y trajo casi nada. Para empezar, el primer refuerzo de la era Moyes fue un uruguayito (?): Guillermo Varela, comprado a Peñarol en casi 3 millones de euros. Lógicamente, este defensor de apenas 20 años no jugó un minuto. Aunque, viendo a los muertos que tiene al lado, podría. Por último, luego de insistir insistentemente (?) por dos conocidos suyos, Leighton Baines y Marouane Fellaini, terminó quedándose con el menos necesario de los dos. El todoterreno belga terminó saliendo más de 27 millones de libras y anduvo como casi todos sus compañeros: como el tuje.

Ojo, que peor le fue al Tottenham Hotspur. Impresentable lo de los Spurs. Bah, impresentable lo de Vilas-Boas. Pidió a troche y mouche (?), le trajeron casi todo y le fue para ojete. 13 millones de euros por Christian Eriksen, ex Ajax, que ya mostró toda su calidad, pasó que Vilas-Boas. Roberto Soldado fue pagado al Valencia en 26 millones de libras, convirtiéndose en la transferencia récord del club. Por el momento, no ha rendido por lo que costó, anotando pocos goles, casi todos de penal. Pero bueno, pasó que Vilas-Boas. Casi 26 palos se abonaron a la Roma por nuestro Erik Lamela, que jugó poco pero, cada vez que le tocó, demostró que puede aportarle lo suyo al equipo. Una vez más: pasó que Vilas-Boas. Uno que anda bien es Paulinho, que llegó del Corinthians a cambio de 17 millones de libras. Después están las apuestas como Vlad Chiriches (casi 10 palos al Steaua Bucarest), Etienne Capoue (10 millones al Toulouse) y Nacer Chadli (7 millones de libras al Twente). Estos últimos no han disfrutado de mucha continuidad por el momento (aunque jugaron más que Lamela).

Nos vamos a España, donde no hay mucho equipo sobre el cual hacer algún repaso como el que venimos haciendo. Para empezar, el Barcelona sólo trajo a Neymar, que fue noticia por lavado de dinero su cotización distorsionada -hecho sobre el cual ya escribió nuestro Pep, no el que se apellida Guardiola y que te hipoteca la casa por una charla que bien podría desarrollar en un almuerzo con Mirtha Legrand (?)-. La cuestión es que, con este escandalete, lo producido por el astro brasileño dentro del campo (que viene siendo muy bueno) pasará a un segundo plano.

En un segundo plano no puede quedar el Real Madrid, que, para encarar su primer campaña post Mourinho, invirtió desmedidamente. Arrancó arrancándole (valga la redundancia) figuras a otros conjuntos de La Liga: Asier Illarramendi, a la Real Sociedad por casi 40 palos, e Isco, al Málaga a cambio de 27 millones de euros. El primero, un tanto desconocido para el espectador no español promedio (pero con muy buenas referencias), llegó para relevar a Xabi Alonso y, por el momento, está haciendo eso. Su cotización suena demasiado exagerada, pero es un jugador que tranquilamente podría valer lo que se pagó por él. El segundo, en cambio, casi que fue una ganga, porque se trata de un jugador excelso y que, como tal, viene siendo de los mejores del Madrid en esta temporada. Igual, lo de Gareth Bale tira todo a la banquina. 100 palos pagaron los Merengues al Tottenham. Una verdadera guasada. Cosas que sólo el Madrid puede hacer sin siquiera ruborizarse. Todavía no ha hecho nada espectacular el galés. Va a andar bien. Pero creemos que no vale la pena analizarlo, ya que jamás va a justificar semejante cantidad de guita.

Bueno viene siendo lo del Atlético de Madrid. Acorde a la política que viene desarrollando desde hace un par de temporadas, y que lo vienen mostrando en un alza constante, a tal punto de que, hoy por hoy, amenaza con soplarle la corona a los dos de siempre. Para empezar, hizo dos negociones: uno, traer a David Villa, del Barcelona, por poco más de 5 millones de euros (el Guaje encajó rápidamente, pero, pobre de él, que escapó del Barça para recuperar el protagonismo que le quitó Messi, y no va que llega al Aleti y se topa con un Diego Costa descomunal). La otra estafa ganga involucra al ya mencionado Demichelis, al cual trajeron gratis y por el cual sacaron guita sin necesidad de ponerlo en cancha a hacer chambonadas (?).

Y como nos encanta la falopa (?), cerramos con el Calcio italiano. El actual líder y monarca de la Serie A, Juventus, se abrochó una buena cantidad de goles, prácticamente, por nada: Carlos Tévez y Fernando Llorente llegaron a la Vecchia Signora a cambio de casi 12 palos, que se pagaron sólo por el argentino, ya que el ex Athletic llegó en condición de libre. El Apache se convirtió rápidamente en figura, mientras que al español le costó un poco al principio, aunque ya se ganó su lugar. Sí gastaron más (13 millones de euros) en un sólo jugador, Angelo Ogbonna, ex Torino, que todavía no terminó de afirmarse en el once de Conte.

El Napoli de Rafa Benítez invirtió mucho para peleársela a la Juventus. Le compró mucho al Real Madrid, a decir verdad. 12 millones por Raúl Albiol (titular indiscutido de una defensa que flaquea más de lo que debería un equipo aspirante al título) y 10 palos por Callejón (también titular, arrancó con todo la campaña, aunque se pinchó un poquito). Obviamente, no nos olvidamos de los casi 40 palos que costó Gonzalo Higuaín, que ya es, junto con Hamsik, el mejor del equipo (teniendo en cuenta lo que dejó la venta de Cavani, sale ganando el Napoli). Pero De Laurentiis no se quedó en eso: desembolsó casi 10 millones de euros al PSV por el belga Dries Mertens (que se mostró como una revelación para el fútbol tano), pagó 8 palos por Duvan Zapata (jugó varios partidos, aunque todavía no la metió), accedió al pedido de Benítez de traer a Pepe Reina, un arquero no del todo confiable, a tal punto que tuvo que gastar 5 millones para traer un arquero suplente (Rafael, del Santos), por si acaso.

La Roma, cansada de mediopelar (?), no se quiso quedar atrás y también gastó lo suyo: más de 17 millones de euros por el ex PSV, Kevin Strootman, que no anduvo mal, pero que puede dar mucho más; más de 11 palos por Adem Ljajic, ex Fiorentina, que no entró para nada mal en el equipo; más de 13 millones al Udinese por Mehdi Benatia (en un principio, pareció una estafa pero, la verdad, que está siendo parte importante de una defensa que ganó en solidez); 8 palos por Gervinho que, sin ser una cosa de locos, ya hizo mucho más de lo que hizo con el Arsenal; menos de 4 millones de euros por Maicon, que todavía no está en nivel Cafú (?), pero que se adueñó rápidamente del lateral derecho; por último, los romanos decidieron despachar a Stekelnburg y lo reemplazaron con tan sólo 500 mil euros, que es lo que se pagó por el veterano ex Napoli, Morgan De Sanctis, que no descolla pero que muestra toda la regularidad de la que carecieron todos sus predecesores en el puesto.

Si bien gastó menos dinero, la Fiorentina también trajo mucho, como para armar un plantel capaz de pelear arriba. Mal no le está yendo, aunque lo de las incorporaciones no viene siendo determinante. Lo de Mario Gomez, llegado del Bayern Münich a cambio de casi 20 palos, pintaba para campañón, pero se rompió todo. Los Viola habían comprado a un tal Ante Rebic (delantero corata, que costó casi 5 millones de euros), pero debe ser de madera, ya que no sólo jugó poco, sino que Montella ya trajo a otro delantero. Sí están rindiendo los veteranos Joaquín (costó menos de 3 millones de euros) y Massimo Ambrosini (llegó libre desde el Milan). El que viene flojo, por el momento, es Josip Ilicic, que salió 9 palos, y que, llamativamente, no juega tanto como se esperaba.

Terminamos con los de Milan, equipos que, últimamente, vienen demostrando una llamativa avidez por la falopa. El Inter, que ya no tendrá a Massimo Moratti metiendo un sniffazo de cuando en cuando (?), gastó poco y mal. Lo mejor, hasta ahora, fue lo de Hugo Campagnaro, que llegó libre desde el Napoli y, hasta su lesión, fue de los mejores jugadores del equipo. Sí la cagaron casi por completo con la contratación de Mauro Icardi, comprado a la Sampdroria en no se sabe cuánto, delantero con cierto futuro, el cual está hipotecando con todo este raid mediático que está metiendo. Una lástima. Por último, lo tenemos al argelino Saphir Taider, que llegó desde el Bologna por más de 5 millones de euros. Ojo, juega bastante. Así le va al Neroazzurro.

Y cómo le va al Rossonero, eh. Lo del Milan hace rato que viene rozando lo nefasto. Al igual que su rival del condado, se había movido poco. Sacando algunos préstamos, más la adquisición de los pases de algunos jugadores que ya estaban en el club, los milanistas se clavaron pagándole 11 palos a la Juventus por Alessandro Matri (al que ya despacharon a préstamo a otro equipo, como para que nos demos una idea de lo malo que ha sido lo suyo), y se mandaron un trueque con el Genoa, en el que se desprendieron de Antonelli y recibieron al esloveno Valter Birsa, que supo tener sus minutos, aunque de forma intrascendente. Lo mejor, sin dudas, ha sido el retorno de Kaká, que llegó libre tras un paso fallido por el Real Madrid. Si bien el mediapunta brasileño no es el mismo de antes, volvió en buena forma al club que supo cobijarlo en su esplendor. De todas formas, está más que claro que su aporte no ha sido suficiente para sacar al Milan de la mediocridad en la que está inmerso.