La Segunda Guerra Mundial había terminado con un saldo aterrador y la vida de muchísimos jugadores se apagó en aquel holocausto que se llevó 73 millones de almas. Europa quedó virtualmente destruída y llegaba el momento de la reconstrucción. Mientras tanto, el Mundial, volvía a Sudamérica.
Una rotación continental incumplida hizo que la tercera Copa Mundial de la FIFA se volviera a disputar en Europa. Francia, tierra donde nació la FIFA y el mismo Jules Rimet, fue la sede elegida. El dirigente quería la Copa en su patria porque sabía que la cosa se estaba poniendo fea.
La Segunda Guerra Mundial había terminado con un saldo aterrador y la vida de muchísimos jugadores se apagó en aquel holocausto que se llevó 73 millones de almas. Europa quedó virtualmente destruída y llegaba el momento de la reconstrucción. Mientras tanto, el Mundial, volvía a Sudamérica.
Una rotación continental incumplida hizo que la tercera Copa Mundial de la FIFA se volviera a disputar en Europa. Francia, tierra donde nació la FIFA y el mismo Jules Rimet, fue la sede elegida. El dirigente quería la Copa en su patria porque sabía que la cosa se estaba poniendo fea.