La música continúa inspirándose en el fútbol para componer y los beneficiados (?), por supuesto, somos nosotros, el público.
Hace poco, Pep nos presentaba al tema Dale Román o Pasión por Riquelme, una cumbia del grupo Los Cádiz que hizo las delicias de todos los que, como el censurador Pagani, tienen a Romy (?) como Dios del fulbo.
Ahora, traigo a la mesa (?) a Una pasión, el nuevo corte del último disco del cantautor (?) Tete, titulado La imagen es a modo ilustrativo.
Como ya hicimos con Bonano y aceptando el desafío de uno de nuestros lectores, el señor Sic, hacemos una segunda entrega de lo que hemos dado en llamar ¿Qué es de la vida de…?. En este caso, vamos a por Jorge Roberto “Polo” Quinteros, que se retiró del fútbol en 2006 vistiendo la casaca de su querido Argentinos Juniors.
Actualmente, según nos pudimos enterar gracias a una entrevista que los hombres de Japón bajo el brazo le hicieron a nuestro héroe (?), “Polo” está cumpliendo un sueño con el trabajo al que decidió dedicarse después de colgar los botines: ser representante de jugadores de fulbo. En sus palabras: “Yo siempre soñé con ser representante, de la misma manera que soñaba retirarme como lo hice, con Argentinos, metiendo un gol”.
Roberto Bonano sí que las hizo todas: atajó en River y Barcelona, fue convocado por la selección Argentina al Mundial 2002, enfrentó con su cuerpo (?) al poder en defensa de un compañero, ya manifestó que de un momento a otro publicará un libro de cuentos, practica el periodismo de opinión y hasta ya advirtió que también planea incursionar en el mundo de la música.
Ante este panorama, no sería extraño que en un par de años pruebe a ver qué onda de vedette en la calle Corrientes (?), harto de no encontrar qué cosa distinta más hacer con su tiempo.
Lamentablemente para “Tito”, las cosas no marchan bien en la actualidad, al menos en el plano futbolístico. Como se había mencionado dentro de su currículum (?), en una oportunidad se enfrentó al que en su momento era el presidente del club Alavés, el ucraniano y virulento Dimitri Piterman, y cayó en una posterior redada por revolucionario (?) quedando separado del plantel, medida que también adoptó la dirigencia sucesora de Piterman.
El fútbol genera muchas cosas afuera del juego en sí mismo, circunstancia que es sabida. Algunas son lamentables, como Walter Safarián o los barrabravas que llegan hasta a asesinar a otro porque no es del mismo club que ellos.
Sin embargo, no todo lo que genere el fútbol afuera de la cancha es indeseable. Por ejemplo, una de las cosas que destaco es la que motiva este escrito: la reunión de amigos para hablar de fútbol.
Hace un tiempo, un amigo me pasó un fragmento del libro de Adrián Paenza, “Matemática… ¿estás ahí?”, en el que el autor relata una anécdota para ejemplificar una teoría que elaboró. La historia que cuenta Adri (?) se desarrolla en el 2001 en La cantina de David, cuando se juntaron en ella y compartieron mesa para hablar de fútbol los siguientes hombres: Carlos Griguol, Víctor Marchesini, Carlos Aimar, Luis Bonini, Miguel “Tití” Fernández, Fernando Pacini, Javier Castrilli y Antonio Laregina, dueño de la cantina en cuestión. Por qué el dueño de La cantina de David se llama Antonio y no David es algo que no se aclara.