Zurdos y derechos a contrapierna. Los laterales izquierdos han sido salida constante a lo largo de la historia por el carril y brasileros, alemanes e italianos copan otra vez la parada.

La primera y única semana que tendrá doble entrega, arranca con un puesto que históricamente ha costado cubrir en cualquier equipo. Pero cuando un lateral izquierdo es bueno, se nota a la legua. Eso pasó con los 10 (más la mención especial) que veremos a continuación.

Mención especial: Branko Zebec

El Roberto Carlos yugoslavo(?) de la antigüedad, este hombre era un wing jugando desde el lateral izquierdo. Fascinó al Mundo en las copas del 54 y 58, donde mostró unas condiciones brillantes. Sus subidas constantes desde la izquierda, creaban situaciones para todos sus compañeros. Y para él mismo, porqué también solía terminar las jugadas, ya que tenía una técnica tremendamente depurada, como siempre nos otorgaron los Balcanes.

En la selección fue titular por más de una década. Su participación más destacada fue en los Juegos Olímpicos de Helsinki, donde Yugoslavia ganó la medalla de plata. Zebec fue el goleador de las olimpíadas(!) con siete (SIETE) goles. Además, fue uno de los mejores laterales de la década de los 50, donde casi todo el caudal ofensivo de la selección del Mariscal Tito pasaba por su banda.

A nivel clubes, se lo puede considerar también una institución dentro de su país. Jugó en: (A saber) Građanski Zagreb, Poštar Zagreb, Lokomotiva Zagreb, Milicioner Zagreb, Borac Zagreb, Partizan Belgrado, Red Star Belgrado, Alemannia Aachen, por lo que se ganaría el apodo de Twitty Carrarioniocevic(?). Además tuvo una destacada carrera como DT, donde saldría campeón de la Bundesliga con el Bayern, dirigiendo a Beckembauer y cía.

Puesto 10: Júnior

Leovegildo Lins da Gama Júnior es un jugador de culto de este blog, y no sin motivos. Cuando a este ser de luz le preguntaban cual era su pierna hábil, no dudaba en responder que era ambidiestro. Y no era más que la rigurosa verdad. Tiraba los corners con ambos perfiles, y sorprendió a varios arqueros metiendo goles olímpicos, a supuesta pierna cambiada.

Una carrera de veinte años como futbolista en cancha de césped. Sí, porque a los 40 se dedicó a jugar al beachsoccer, muy a su estilo también. Pero el objetivo de esto no es quedarse con su personaje pintoresco, si no hubiera ido a la mención de honor. Júnior fue un lateral eximio en sus años mozos, uno de los máximos ídolos de la historia de Flamengo. Además de eso, estamos hablando de un jugador polifuncional. Jugaba, gracias a su capacidad de perfilarse igualmente para ambos lados, de lateral izquierdo, derecho, central, líbero, volante central y volante por los costados. Pero todos lo recordaremos como ese lateral izquierdo de la selección más grandiosa que no haya ganado un Mundial (con el permiso de la Holanda del 74), el Brasil del 82.

En sus dos ciclos en el rubronegro vistió la camiseta la friolera de 865(!) partidos, con (lean con atención) 59 (!!!!!!!!!!!!!!!!) títulos, aunque muchos de estos de esos falopa brazuca. Los posta posta es la Libertadores 81, los cuatro brasileiraos y los seis Campeonatos Cariocas. Igual no deja de ser una animalada. Con la selección, no ganó nada, pero con la selección de beachsoccer se llevó seis copas del mundo. Un personaje encomiable.

Puesto 9: Karl-Heinz Schnellinger

Con un nombre que destila superioridad aria por todos los wines(?) Schnellinger es uno de los pocos jugadores que se pudo destacar en quizás la peor época del fútbol alemán en su historia, la década del 60. Además de ser una época sumamente compleja del fútbol teutón, estos años fueron la época dorada del puesto, donde jugaron varios de los integrantes de esta lista.

Figura del mejor equipo de la historia del Colonia, no tardó en destacar y ser convocado para su selección, donde tuvo un rendimiento brillante en el Mundial de Chile. Tal es así que resultó elegido en el 11 ideal del torneo. Como se mencionó el fútbol alemán estaba bastante en la lona, así que se fue a Italia, pero no a uno de los grandes, si no al Mantova. Como era cuestión de tiempo con el nivel que tenía, se fue a la Roma una temporada después, donde compartió equipo con el gran Antonio Valentín Angelillo, estrella indiscutida del Calcio.

Como también le quedó chica la banda izquierda de la Roma, lo compró el Milan, que estaba dispuesto a hacer cualquier locura para empardar al Inter. No solo Schnellinger, si no también Angelillo (ya veterano) y Sormani. Ganó un Scudetto y una Champions. Un animal. Con la selección «solo» llegó a la final del 66, donde perdieron con robo ante Inglaterra.

Puesto 8: Andreas Brehme

No será el último alemán de la lista de hoy Brehme, pero sí el más doloroso para los argentinos. Al igual que Júnior, este tipo es perfectamente ambidiestro. Podía desempañarse perfectamente por los dos perfiles, pero su rol más destacado era, como bien sabemos por estas pampas, a través de la pelota parada. Perfecto ejecutante de centros al corazón del área, donde los tanques como Völler o Klinsmann sabían usufructuar con la habitual eficacia alemana(?).

En 1981 llegó al Kaiserslautern, después de pasos por los impronunciables HSV Barmbek-Uhlenhorst y 1. FC Saarbrücken. En el club de Rheinland-Pfalz se identificó ya que jugó en dos períodos en su carrera, logrando una DFB Pokal y una Bundesliga, hechos inéditos. Además jugó por el Bayern Múnich y en Italia en Inter de Milán siendo premiado con el Guerin d’Oro en 1990 y obteniendo la Copa UEFA en 1991.

En la selección es donde su historia se torna épica y es por eso que se gana su lugar en esta lista hecha en la recóndita Patagonia Argentina(?). 86 partidos en la selección, lo convierten en una leyenda. Pero además de eso, en el 86 le metió el único gol a Inglaterra en el grupo, de tiro libre, lo que le abrió el camino a la Mannschaft a la final. Ahí perderían con Argentina, teniendo una actuación floja, habilitando a Valdano. Cuatro años tuvo que esperar para vengarse, cuando en el 85′ tuvo el penal que le dio a los teutones su tercer Mundial.

Puesto 7: Silvio Marzolini

Hablar de Marzolini es hablar de uno de los mejores jugadores argentinos de todos los tiempos. Fue un caballero, de los de antes. El mejor jugador de toda una generación del fútbol argentino, figura y dueño de una fina estampa que impresionó al Mundo en Inglaterra 66. Ahí fue elegido justamente el mejor 3 de la Copa. Y realmente era el mejor en lo suyo. Le sobraba clase, tanto para defender su costado como para utilizar ese surco con visión ofensiva.

Fino, tiempista y con una calidad enorme, dice la leyenda que se fue moldeando en los torneos Evita, lo que hizo llegar a Ferro. Boca puso 600 mil pesos más seis (!) jugadores por su pase y el préstamo de Antonio Roma. Y allí en Boca, el club de sus amores, la descosió: seis títulos (más uno como entrenador, en el 81, con Maradona en cancha). Con su 1,90 de estatura, era pulcro y bien ubicado a la hora de recuperar la pelota. Los delanteros le tenían un cagazo bárbaro, pero no a que les pegara: sabían que indefectiblemente, el 3 rubio les quitaría la pelota. Y una vez que la agarraba no era fácil sacársela. Y una vez que la tomaba lo suyo atacar asociadamente, era decisión firme de avanzar con ideas claras. Si hasta tenía gol… “Defiende como argentino y ataca como brasileño”, solía decirse. Pedazo de elogio.

El premio más lindo que te puede tocar siendo jugador de fútbol es vestir la camiseta de la Selección

Bien peinado y jugadorazo, su fama llegó a oídos europeos. Lo vinieron a buscar clubes de primera línea, desde el Real Madrid hasta la Fiorentina, la Lazio o el Milan. Él siempre dijo que no, que estaba hecho para Boca y para la Selección. Su fama de playboy llega hasta estos días. En su paso por el club de la Ribera, cosechó cinco campeonatos argentinos (en 1962, 1964, 1965, Nacional de 1969 y Nacional de 1970). Además, con 366 partidos jugados, se convirtió en el tercer jugador con mayor cantidad de participaciones en la institución, detrás de Roberto Mouzo y Hugo Orlando Gatti. Leyenda.

Puesto 6: Antonio Cabrini

Nacido en la ciudad que mejor acompaña a los mates amargos, Cremona (?), Antonio Cabrini es una institución viviente del fútbol italiano. Hagamos un esfuerzo, e imaginemos lo que la ponía este hombre en sus tiempos, que tenía el siguiente apodo: Bell’Antonio e Fidanzato d’Italia. Este simple hecho ya lo pone dentro de este top ten. Cabrini, además jugaba al fútbol(?), y alguna que otra cosa ganó.

Junto con Claudio Gentile y Gaetano Scirea formaron la defensa más legendaria de la Juventus, y también de la histórica Italia del Mundial 82. Su historia con la selección habla de un innegable compromiso. En épocas en las que no se estilaba, Gentile jugó en la Azzurra en la selección sub 17, sub 20, en la selección militar(!), en la selección B y en la selección mayor, más de 130 partidos en total. Jugó tres mundiales, y fue pieza clave, como ya se mencionó, de la escuadra del 82 de Enzo Bearzot, que sorprendió a propios y a extraños.

A nivel de clubes, Cabrini dejó una huella imborrable. Debutó y se hizo conocido en el Cremonese, brilló en la Serie B en el Atalanta, lo que le valió el pase a Juventus, donde fue uno de los defensores más recordados de la historia de este país. Doce títulos después, cuando ya no le daba para llevar la batuta en la Vecchia Signora, tuvo una buena vejez(?) en Bologna. Un ídolo adentro y afuera de la cancha, el Bello Antonio.

Puesto 5: Roberto Carlos

Si repasamos el palmarés de este hombre o vemos sus mejores goles por youtube tiene que ser el número uno indiscutido. Pero resulta que no(?). Roberto Carlos a pesar de ser un fenómeno, no cumplía con la premisa de ser un marcador de punta. Pésimo defensor, pero que cubría sus serios defectos en el retroceso con un despliegue y competitividad formidables. Pero, pierde con los primeros cuatro monstruos por eso.

Dueño de una potencia física asombrosa, espectacular velocidad y aceleración; y uno de los más poderosos y viboreantes(?) disparos de la historia, se convirtió en una superestrella gracias a sus excepcionales condiciones ofensivas. Llegó en 1996 al Real Madrid, club con el que se convirtió en una de sus más históricas figuras logrando cuatro Ligas Españolas, tres Supercopas de España, tres UEFA Champions League, una Supercopa UEFA y dos veces la Copa Intercontinental. Hoy dejó sus hijos por todos lados. Futbolísticos, como Marcelo o no legítimos, como los ocho(!) que tiene con seis (!!!!) mujeres diferentes. Un crack.

Con Brasil ganó la Copa Mundial del 2002, dos veces la Copa América y la Confederaciones. Conformaba un tandem temible con Cafú por la otra punta, jugaron tres mundiales, los dos primeros dando miedo a las defensas y el último dandole miedo a 150 millones de brasileros(?). Su carrera es bastante más que solo el Madrid. Pasó por el União São João, Atlético Mineiro, Palmeiras, Inter de Milan, Fenerbahçe después del Madrid, Corinthians, Anzhi Majachkalá. Ganó títulos también en el Palmeiras y en el Fenerbahce. Un ganador nato.

Puesto 4: Paul Breitner

Llegamos al punto en el cual estamos hablando de los cuatro mejores laterales de la historia. Quizás si este redactor hacía este top 4 en otro momento, el orden podría haber cambiado. El talento futbolístico de este hombre era indudable. Su carácter controvertido se puede decir que era inclasificable. Sin duda, uno de los grandes iconos de los 70. Nacido en Baviera en la década de los 50, creció en una Alemania dividida. Desde muy pronto destacó en el fútbol y ya con 19 años formaba parte del Bayern Munich. Empezó jugando atrás, un lateral defensivo que se incorporaba con peligro. Pero su participación sumaba. En 4 años hizo 17 goles y ganó tres Bundesligas y la primera Copa de Europa del conjunto alemán. Ese año, coronó su espectacular campaña ganando el Mundial. Breitner agrandó su leyenda y su personalidad, cuando perdiendo 1-0 contra la Naranja Mecánica de Cruyff, sin estar entre los lanzadores habituales, agarró la bocha y metió el penal que establecía el empate. No era su primer éxito internacional, dos años antes, con apenas 20, había ganado también la Eurocopa.

Pero ese año 1974, un Paul Breitner que ya se definía como maoista(!), mostraba interés por ideas progresistas y se declaraba admirador del Che Guevara o de Ho Chi Minh, a la vez que lucía un peinado a lo afro y una frondosa barba, sorprendía de nuevo por salirse de la normalidad. Anunciaba que abandonaba Alemania para irse al Real Madrid(!) y renunciaba a la Selección. Además se despedía del Bayern con duras palabras… y encima recalaba en el Madrid. El club blanco, al que siempre se asoció con Franco, que todavía gobernaba el país pese a su frágil salud acogía un maoista en sus filas. Breitner daba muestras de su barriletismo excentrismo.

En la capital de España cambió su juego convirtiéndose en un futbolista de centro del campo con llegada. Y el Real Madrid también salió beneficiado conquistando dos ligas. Aún así, en un régimen autoritario como el franquista, ese futbolista rebelde, librepensador resultaba incómodo. Más cuando se hizo público que Breitner aportó 500.000 pesetas de la época a unos obreros que se encontraban en huelga. El tercer año su juego se resintió y la directiva blanca siguió acogiendo con estupefacción y desconfianza al Kaiser Rojo… en plena transición, con una situación todavía confusa de hasta donde llegaría, con terrorismo, partidos y sindicatos en fase de legalización, el Madrid tildó a Breitner de conflictivo y prefirió rescindirle el contrato y darle luz verde a regresar a Alemania.

Tras un año en los Leones del Einchtrach Braunschweig, volvió a su casa al Bayern de Munich donde actuó cinco años más antes de colgar las botines aquejado de una lesión. En ese tiempo, agrandó su palmarés con dos ligas más, y agrandó su fama de conflictivo, nadador contra corriente y rebelde del fútbol. Aceptó regresar a la Selección y volvió a renunciar a ella. Se autoexcluyó de participar en el Mundial de Argentina por la dictadura, pero si tomó parte en el de España. La Alemania Federal alcanzaría la final frente a Italia, pero esta vez el triunfo se escaparía. Aún así Breitner anotó en la Final, y pasaría a ingresar en un reducidisisisisisimo(?) club de futbolistas que han metido un gol en más de una final del Mundial junto a Pelé, Vavá y Zidane.

En su despedida, la FIFA organizó un homenaje que enfrentase a un combinado de jugadores mundiales. Sin duda, algo reservado a los grandes. Pese a que su vida dentro y fuera del campo siempre fue considerada como inclasificable. Sorprendió su marcha a la España franquista, sorprendieron sus continua idas y venidas de la Selección, sorprendió cuando aceptó 150.000 marcos por afeitarse su prominente barba para un anuncio de espuma de afeitar… Un barrilete hermoso.

Puesto 3: Paolo Maldini

Paolo Maldini fue uno de los jugadores italianos más legendarios de la historia, su gran longevidad lo hizo brillar en tres décadas diferentes y lo convirtió en un auténtico referente del fútbol mundial. Con 902 partidos jugados, posee el récord histórico de la mayor cantidad de apariciones en todas las competiciones por el AC Milan y el de la mayor cantidad de apariciones en la UEFA Champions League con 136 encuentros disputados. Su trayectoria y palmarés son tan indiscutibles como envidiables para cualquier futbolista profesional. En total, jugó más de mil partidos oficiales, con una seriedad táctica intocable. Recorría las bandas izquierdas de toda Italia y Europa con criterio y responsabilidad, no atacaba en exceso pero su pierna izquierda era bastante precisa a la hora de centrar. Cabe mencionar que en toda su carrera fue expulsado cuatro veces, solo una fue roja directa.

“¿Mejor? Paolino tiene solo 16 años. A su edad, yo era mucho, pero mucho peor que él”. Cesare Maldini

Jugó toda su carrera por el AC Milan, club con el que se desempeñó durante 25 temporadas ganando siete veces la Serie A, una Coppa Italia, cinco veces la Supercoppa Italiana, cinco veces la UEFA Champions League, cinco veces la Supercopa UEFA, dos veces la Copa Intercontinental y una Copa Mundial de Clubes. Llamado «Il Capitano», fue un moderno defensor de magistrales habilidades defensivas, excelente habilidad técnica y una regularidad sorprendente. Integró durante 14 años la selección nacional de Italia siendo subcampeón de la Copa Mundial de 1994 y la Eurocopa del 2000.

En realidad no se le puede reprochar nada a la carrera de este gigante deportista, pero se puede decir que la única espina clavada de Maldini es no haber ganado ningún título con la selección italiana. Se quedó en la antesala de conquistar el Mundial de 1994 en la agonía de los penales y el caprichoso ‘gol de oro’ de Trezeguet en la Eurocopa del 2000 le arrebató el título.

Puesto 2: Giacinto Facchetti

Giacinto Facchetti nació en Treviglio, Bérgamo, 18 de julio de 1942. Hijo de un trabajador ferroviario, pasó su infancia en su ciudad natal, sacándole mucha ventaja física a los nenes de su pueblo cuando jugaban a la pelota. Al ser mucho más grande de tamaño, jugaba con los pibes más grandes. Su físico era imponente, ya que medía 1,94 y corría los 100 metros llanos en menos de 11 segundos. Así fue como se hizo duro, durísimo para pasar. En el debut en Trevigliese que desempeñó el papel de atacante, y ya a los 16 años es víctima(?) de una disputa entre el Atalanta y el Inter de Milán. Apenas juega en las juveniles y debuta en la Copa de Ferias (actual UEFA Europa League) como lateral.

Helenio Herrera, DT de lo que pronto se convertiría en la Grande Inter, apuesta por Facchetti y demás jóvenes, y a pesar de la crítica, en poco tiempo se convierte en un emblema de su equipo y un revolucionario en la forma de el papel del mariscal de campo: defensor no sólo sombrío y duramente golpeador, si no en jugador completo que puede cambiar de defensivo a la ofensiva con facilidad; además Facchetti suma a su curriculum un extraordinario apetito de gol, es más, acabaría su carrera con los números de un buen delantero.

Con la camiseta del Inter jugó 634 partidos y marcó 75 goles; Inter con él en cancha gana todo lo que un club puede ganar: cuatro campeonatos (1963, 1965, 1966, 1971), dos Copa de Europa (1964, 1965), dos Copa Intercontinental y una Coppa Italia.

Hizo su debut en la Nazionale a los veinte, 27 de Marzo de 1963 en Estambul ante Turquía. Jugó 94 partidos, 70 como capitán, y se convirtió en campeón de Europa en 1968 y subcampeón en la Copa del Mundo en México en 1970, dando paso sólo al gran Brasil después de la histórica semifinal Italia-Alemania 4-3.

Su carrera dejó una huella imborrable en el fútbol italiano. Es el emblema del estilo de juego italiano, de la disciplina y del espíritu ganador. Fue dirigente de la época de oro de la Liga de Italia, presidente del Atalanta y del Inter. Hoy en día, el torneo de reserva del Calcio tiene su nombre.

Puesto 1: Nilton Santos

“Cuánta majestuosidad en el trato del balón. El chico nunca hizo un feo al balón, hacía arte. Nilton Santos no era un jugador de fútbol, era una exclamación”. Armando Nogueria

El inventor del lateral moderno. No sólo eso, si no bicampeón mundial. Entendía un poquito el juego, al nivel de ser apodado la Enciclopedia del fútbol. Considerado por la gran mayoría de sus contemporáneos como el alma de ese equipo que lograra el doblete 58/62 en Suecia y Chile, Nilton Santos es unos de los grandes responsables de que Brasil sea la nación con más campeonatos mundiales de la historia.

«Tócala y para atrás», me decía el técnico, «tócala y para atrás», me gritaba luego. Pero yo nada. pasé a tress, me sentí dentro del área y pude cruzar el disparo. Era el debut de Brasil en el Mundial de 1958, el primero que acabaríamos ganando, y el público de Uddevalla, Suecia, se preguntaba ¿Qué era aquello? Aquello era el fútbol moderno.

De los laterales de ahora no envidio la fama o el dinero pero sí la libertad. Feola me gritaba en aquella jugada como un desesperado y luego sólo me elogió porque marqué. Si hubiera fallado y nos hubieran marcado al contraataque, me habría ahorcado. Nilton Santos

Santos, que era apodado ‘A Enciclopédia do Futebol’ por su amplio conocimiento del juego, nació en Río de Janeiro en 1925 y poco tardó en ingresar en los juveniles del Botafogo, club de toda su vida. Debutó en 1948 y jugó 729 partidos (récord de la entidad) marcando 11 goles. Alzó varios títulos interestatales y logró un subcampeonato del Brasileirao en 1962. Se hizo un nombre para debutar con Brasil en 1949, siendo suplente ya en el Mundial de 1950 (no jugó ningún partido) antes de completar 75 internacionalidades. Y allí, sobre todo, encontró un amigo para toda la vida, un ídolo para él y para tantos, Mané Garrincha.

«Cuando subió al primer equipo [en 1953], yo ya era un defensa respetado, internacional, pero el primer día, jugando él con los reservas, me hizo un ‘caño’. Pedí que le hicieran titular inmediatamente, no me quería enfrentarme a él», detallaba Santos

Luego del fútbol, participó en un órgano de apoyo a los jugadores, a través del que ayudaría varios ex-estrellas. Y en la ex Legião Brasileira de Assistência-LBA, decidió enseñar el fútbol a los niños, desarrollando proyectos de educación en la periferia de Río. En contrapartida, la Enciclopedia aprendió con los chavales la cruda realidad social del País. Tanto que un niño le revelaría en ton de gratitud: «Profesor, cuando pare a un pariente suyo en la avenida Brasil, un día de lluvia, que cité su nombre para que la gente le libre» – le libre de ser asaltado, claro. Vivió sus últimos años aquejado por el Alzheimer. Antes, eso sí, pudo presentar su biografía ‘Minha bola, Minha vida’ y amenizar numerosos programas de televisión y radio brasileños con sus anécdotas, a solas o con Garrincha. La cara roja de Feola, los dos pasitos con Collar en el suelo… Un lateral genial, un pionero en el fútbol.

Nilton dos Santos nació en Río de Janeiro el 16 de mayo de 1925 y falleció en la misma ciudad el 27 de noviembre de 2013. Una leyenda.

Otros laterales izquierdos destacados: Hapgood Eddie, Rodríguez Andrade Víctor, Gerets Eric, Camacho José Antonio, Lizarazu Bixente, Janes Paul.

Edición anteriores de los TOP TEN históricos:
– Arqueros
– Laterales derechos
– Centrales