El psiquiatra de la delegación brasilera para Suecia ´58 diagnosticó: “Garrincha no puede jugar. Este tipo tiene botellas en la cabeza”.
Igualmente Garrincha (Mané para los compañeros) jugó y fue campeón y figura en ese mundial y también en Chile ´62.
Durante el mundial escandinavo se produjo el diálogo que da el título a este post.
Tomás Felipe Carlovich nació en 1949 en barrio Belgrano. Comenzó a jugar al fútbol en 1965 en las inferiores de Central y posteriormente se marchó a préstamo a Sporting Bigand, conjunto que participaba en la Liga Deportiva del Sur.
En 1969 regresa a Arroyito y debuta en primera, pero no tuvo continuidad y sólo jugó dos partidos con la camiseta auriazul.
En 1970 se fue de Central a Flandria, donde permaneció cuatro meses y luego pensó en la posibilidad concreta de dejar el fútbol. Allí fue convencido para jugar en Central Córdoba. En el club de Tablada consiguió el título en Primera C. Luego partió rumbo a Mendoza para jugar en las filas de Independiente Rivadavia.
En 1977 se sumó al equipo de Colón, conjunto en el que las lesiones no lo abandonaron y sólo pudo actuar en dos partidos. Su próxima escala fue otra vez en Mendoza, para defender los colores de Deportivo Maipú.
Su regreso a Central Córdoba se produjo en 1980. En esta nueva etapa con los charrúas consiguió su segundo ascenso a la Primera B, en 1982, tras ganarle la final del octogonal a Almagro. Permaneció en el equipo de Tablada hasta 1983 y tras tres años de inactividad regresó en 1986, para poner fin a su carrera con la camiseta que siempre llevó en su corazón.
Cuenta la leyenda, y quienes lo vieron jugar, que Carlovich tiraba caños de ida y de vuelta al mismo jugador. Según el “tachero” José, el “Trinche” fue el Mejor jugador de la historia del fútbol mundial, pero nunca trascendió en el mundo ya que su poco esfuerzo y sus pocas ganas de irse de Rosario para jugar en un grande de Buenos Aires fue un factor clave (aunque contó que cuando jugaba en Independiente de Rivadavia de Mendoza, jugo un amistoso contra el Milán de Italia, y los tanos se lo querian llevar para Milán, pero la negociación no se dio).
Según Cesar Luis Menotti, “Carlovich fue uno de esos pibes de barrio que, desde que nacen, tienen como único juguete la pelota. Era impresionante verlo”.
El “Trinche”, una leyenda del fútbol rosarino, una historia de vida. Un grande.
[enviado por Tano]